El posible cambio en la barrera sanitaria que protege a la Patagonia encendió las alarmas en el sector rural del sur argentino. Las entidades agropecuarias de Chubut, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, Tierra del Fuego y el sur de Buenos Aires expresaron su rechazo ante la resolución 180/25, que habilitaría el ingreso de carne con hueso desde el norte del país, poniendo en riesgo el estatus de zona libre de fiebre aftosa sin vacunación.
La discusión se dio en una reciente reunión en Buenos Aires, donde participaron funcionarios del Gobierno nacional, representantes del SENASA, ministros provinciales y entidades agropecuarias. Allí se abordó el impacto que podría tener la modificación de la barrera sanitaria, una medida que, según los productores, pone en riesgo décadas de trabajo conjunto entre el sector privado y los gobiernos provinciales.
Desde la llamada Mesa Patagónica expresaron: “Celebramos la apertura al diálogo por parte del Gobierno, al mismo tiempo que reiteramos la necesidad y predisposición para reunirnos en cuanto seamos convocados, ya que somos nosotros, los productores patagónicos, quienes tenemos el pleno conocimiento de la situación y somos directamente afectados por la medida en estudio”.
El temor es que, al flexibilizar los controles, se comprometa la credibilidad sanitaria de la región. Actualmente, la barrera sanitaria funciona para proteger el estatus libre de aftosa sin vacunación, clave para la exportación de carne con valor agregado.
Además del reclamo, las entidades rurales propusieron impulsar un plan nacional para que toda la Argentina logre ese mismo estatus, sin arriesgar lo ya logrado. Según indicaron, eso permitiría fortalecer la cadena ganadera a nivel nacional, fomentar la competitividad y garantizar condiciones iguales para todos los productores.
Cecilia de Larminat, presidente de la Sociedad Rural de Neuquén, sostuvo en diálogo con el diario La Nación: “No queremos arriesgar lo logrado por alguna medida comercial puntual y coyuntural. Por eso pedimos que se revise y se den garantías concretas y actualizadas sobre sus potenciales efectos. No nos oponemos al comercio ni a la competencia, pero si ésta se da en igualdad de condiciones sanitarias”.
“Por eso insistimos en proponer que se trabaje en un plan integral y progresivo para lograr alcanzar este máximo status para todo el país. De esa manera, daríamos un mensaje de seriedad y confianza a nuestros compradores y se beneficiaría toda la cadena ganadera argentina. Esta medida cae en el peor momento, ya que estamos en plena zafra del ternero, apurados por el invierno que se nos viene (y en la Patagonia el invierno es cosa muy seria) y ya el daño en el mercado de hacienda regional es enorme, con bajas significativas en los precios, sin que eso se traduzca en baja de los cortes en las góndolas”, precisó.
