​La ciudad rionegrina que ya comercializa el asado de Brasil, pero advierten que fue rechazado por la UE 

El arribo de asado importado desde Brasil encendió las alarmas entre los productores patagónicos, especialmente en Río Negro. Según confirmaron desde la Federación de Entidades Empresarias de la provincia, la carne brasileña ya se encuentra en El Bolsón. Su ingreso aviva el temor por el impacto que podría tener en la producción regional y el futuro de las pymes locales.

La importación forma parte de una medida impulsada por el Gobierno nacional para ofrecer carne más barata en supermercados, en un contexto donde el costo de producción local se disparó. En este escenario, el novillo argentino se convirtió en el más caro del Mercosur, mientras que el brasileño, por su menor costo, resultó el más competitivo. Río Negro, como parte del circuito de producción ganadera patagónica, se ve ahora directamente afectada por esta decisión.

El arribo de asado importado desde Brasil encendió las alarmas. Fuente: (X)

Uno de los puntos más cuestionados por las entidades empresarias rionegrinas es la calidad de la carne que llegó al país. El vicepresidente de la Federación de Entidades Empresarias de Río Negro, José Luis Bunter, confirmó que ya está ingresando carne a la provincia que ya “fue rechazada antes por la Unión Europea” por no cumplir con normas para la exportación.

La importación forma parte de una medida impulsada por el Gobierno nacional. Fuente: (X)

A este escenario se suma el malestar del sector pyme, ya que la carne brasileña solo estaría disponible en grandes supermercados, dejando fuera a las carnicerías barriales y pequeños comercios. Esta situación genera una clara desventaja en la competencia y golpea de lleno al entramado económico regional. En Río Negro, varias cámaras empresarias expresaron su preocupación por las consecuencias que esta medida podría tener si se extiende.

La carne brasileña solo estaría disponible en grandes supermercados. Fuente: (X)

De esta manera, por un lado, se teme la posible pérdida de mercado para los productores locales; por otro, un riesgo sanitario vinculado a los controles de calidad. En este contexto, reclaman al Gobierno un mayor diálogo con las provincias afectadas, para evitar decisiones que puedan perjudicar a las economías regionales.

 

Compartir:

Podría interesarte...