La jueza federal María Eugenia Capuchetti resolvió ayer “archivar parcialmente” la investigación sobre el rol del diputado del PRO Gerardo Milman en el frustrado intento de asesinato de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2022. Si bien no accedió al pedido de sobreseimiento, consideró que “corresponde disponer el archivo de la causa, de forma parcial, en lo que hace a la participación de Gerardo Fabián Milman, al no encontrarse elementos suficientes para continuar con la investigación penal”, escribió. La contracara de la buena nueva para el dirigente macrista es que la misma jueza decidió citar a indagatoria por el presunto delito de falso testimonio a Jorge Abello, el testigo que había escuchado cuando el diputado anticipó el atentado en un bar cercano al Congreso.
“Los elementos de prueba analizados no permiten evidenciar sospecha alguna, y ante la ausencia de nuevas medidas de prueba, entiendo que corresponde adoptar un temperamento conforme lo normado por el artículo 195 del Código Procesal Penal de la Nación, hasta tanto surjan nuevos elementos”, escribió Capuchetti para anunciar el archivo parcial de la causa respecto de Milman.
En su resolución, de 32 carillas, sostuvo que no hay pruebas suficientes para acusar a Milman porque todo se reduce al testimonio del asesor legislativo Abello. “De momento no existen cauces independientes a la declaración de Abello que permitan sostener la acusación. La inexistencia de pruebas colaborativas vulnera la posibilidad de avanzar en la investigación con fundamentos sólidos”, apuntó.
Abello era al momento de los hechos asesor del entonces diputado Marcos Cleri, del Frente de Todos, y declaró que el 30 de agosto de 2022, horas antes del atentado, le escuchó a decir a Milman en el bar Casablanca una frase que con el correr de los días cobraría especial significancia: “Cuando esté muerta yo voy a estar en la costa”.
Cuando se enteró del atentado, mirando televisión, le avisó a su jefe sobre lo que había escuchado días atrás. “Marcos ayer cuando salí de tu oficina fui con mi cuñado a comer a Casablanca. Al lado mío estaba Millman con dos pibas, y graciosamente decía cuando la maten yo estoy en camino a la costa. Y se mataban de risa”, escribió.
La Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) del Ministerio Público Fiscal peritó el celular del testigo, pero no encontró ese mensaje, del que circuló una captura de pantalla que no pudo ser verificada. “El mensaje de Abello a Cleri era uno de los únicos dos elementos que, por vía indiciaria y hasta elíptica, dotaban de algún tipo de credibilidad a Abello”, apuntó la jueza. “El otro, las filmaciones del local Casablanca”, que sí probaron la cita del legislador con sus asesoras.
Dado que la investigación de Milman “se reduce a una declaración testimonial” y que la misma no pudo ser corroborada por otras pruebas, la jueza dispuso, tal como lo había pedido el fiscal federal Eduardo Taiano, citar a indagatoria al testigo por el presunto delito de falso testimonio. “Este hecho resulta relevante pues la indagatoria permitirá profundizar los aspectos centrales del caso y dilucidar la veracidad y alcance de dicha declaración”, escribió. La causa contra Abello estaba a cargo del juez Sebastián Casanello, pero hace algunas semanas pasó a manos de Capuchetti, que tiene el expediente residual por el atentado. La jueza aceptó la competencia y ahora lo citó a declarar como imputado el 14 de octubre. Capuchetti también pidió un listado de llamadas entrantes y salientes del celular de Abello entre el 1 de julio y el 28 de septiembre de 2022.
En el caso de Milman, entregó el celular que quiso, cuando quiso y como quiso. Lo hizo un año después del atentado y se trató de un Iphone 14 Pro, modelo que ni siquiera estaba en el mercado al momento de los hechos. Dijo que el anterior se había perdido en una mudanza y luego que se lo habían robado. Recién en mayo último aceptó entregar la clave de seis dígitos para acceder a su contenido, y en julio se hizo un primer análisis, que objetaron la defensa de la ex presidenta y la fiscalía. La jueza ordenó entonces un nuevo peritaje de manera manual, que estuvo a cargo de Gendarmería, la fuerza bajo el mando de la ministra Patricia Bullrich. Su conclusión, previsible, fue que “no se registraron conversaciones ni material digital que contenga menciones a las expresiones que según el testigo Jorge Abello habría proferido Gerardo Milman ni que guarden relación con el intento de homicidio perpetrado contra la ex vicepresidenta de la Nación”.
Tal como informó Página/12, es conclusión se contradice con una evaluación anterior de los mismos peritos, que habían llamado la atención sobre un mensaje de una ex colaboradora de Milman que decía que junto con otras compañeras irían a la televisión “a contar la verdad de cada una” si él no les daba una solución por la interrupción de sus contratos en el Congreso. Tampoco profundizó sobre por qué faltaban mensajes de un período crucial, que incluye el mes previo al ataque y el posterior (agosto a octubre de 2022), al tiempo que afirma que en 2023 se eliminaron 9.384 eventos en forma automática.
La disputa por los peritajes obligó la intervención de la Cámara Federal. Los abogados de la ex presidenta pidieron “tener acceso al crudo de la información extraída”, pero el tribunal rechazó esos planteos y valoró que se haya realizado una segunda pericia de manera manual. Luego de que la Cámara confirmara la validez del peritaje, Milman pidió su sobreseimiento. Por el momento, Capuchetti le ofrendó el archivo parcial, al menos hasta que resuelva la situación de Abello.