El 10 de mayo de 1992, Canal 13 emitió, como cada domingo a las 21, el ciclo Tato de América. Sin embargo, el programa de Tato Bores sufrió un hecho de censura. La Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal aceptó un pedido de la jueza María Servini de Cubría para que no salieran al aire fragmentos de un sketch en el que se la nombraba.
Bores había incorporado ese año al personaje del argentinólogo Helmut Strasse, que trataba de dilucidar que había ocurrido con una antigua civilización: la República Argentina. El cómico aparecía en cámara en medio de excavaciones, buscando restos fósiles, hablaba en yidish y el doblaje al castellano lo hacía la potente voz de Ernesto Frith (recordado por la locución del film Héroes).
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En el sketch que no salió al aire, Strasse aludía a la multa que la Justicia le había impuesto a Servini por su mal desempeño en el Yomagate: 60 pesos, que entonces eran 60 dólares. El argentinólogo elucubraba que “esa cifra debe haber representado mucho dinero”.
Conviene precisar qué fue el Yomagate. En marzo de 1991, la justicia española obtuvo el testimonio de un arrepentido de una red de narcotraficantes, que sostuvo que el dinero de la droga ingresaba a la Argentina para ser lavado. Miles y miles de dólares entraban al país en valijas con la complicidad de las autoridades, según el testimonio. Al frente de la Aduana estaba un coronel sirio que apenas balbuceaba unas palabras en castellano: ibrahim Al Ibrahim. Su esposa era Amira Yoma, hermana de Zulema, la exesposa del presidente Carlos Menem. La excuñada del mandatario era la Directora de Audiencias de la Casa Rosada.
Para el momento de la denuncia de Servini, el gobierno menemista estaba en el ojo de la tormenta por otro escándalo: la concesión en tiempo record del pasaporte argentino al traficante de armas sirio Monzer Al Kassar. Un juez de Mendoza llevó adelante en tres meses un trámite que, en ese momento, duraba casi un año. El pasaporte argentino era codiciado entonces, ya que gracias a las relaciones carnales con Estados Unidos no se precisaba visa para ingresar a la primera potencia mundial.
Mientras el gobierno de Menem soportaba el sofocón por este caso (y además afrontaba el atentado contra la embajada de Israel, el 17 de marzo), Servini consiguió el fallo a favor de la censura previa bajo un argumento extremadamente débil: se había enterado de su mención en el programa por un llamado anónimo.
Además de incurrir en la censura previa, resultó sugestiva la celeridad. Porque la jueza recurrió a un juez de primera instancia en el fuero civil y comercial, que desestimó la denuncia, y el sábado 9 de mayo, un día antes de la emisión de Tato de América, la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal revocó el fallo y dispuso como medida cautelar prohibir de manera provisoria la proyección de cualquier imagen o concepto vinculado con la jueza. La Cámara actuó sin que hubiese mediado habilitación de los días y horas inhábiles.
El ministro de Justicia, León Arslanian criticó el fallo, al igual que la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa), y Canal 13 fue a la Corte Suprema. Al domingo siguiente, el 17 de mayo, se produjo una de las imágenes más recordadas del histórico programa humorístico.
Bores reunió a 70 personalidades, que entonaron un cantito: “La jueza Barubudubudía es lo más grande que hay”. En el nombre ficticio cabían las sílabas de la jueza censora. Ese día, dijeron presentes, entre otros, Víctor Hugo Morales, Luis Alberto Spinetta, Magdalena Ruiz Guiñazú, Bernardo Neustadt, Federico Peralta Ramos, Luis Moreno Ocampo, Juana Molina, Enrique Pinti, Jorge Guinzburg, Susana Giménez, Alejandro Dolina, China Zorrilla, Hugo Arana, Miguel Ángel Solá, Luis Brandoni, Gustavo Cerati, Chico Novarro y Soledad Silveyra.
El único antecedente había sido en abril de 1989, cuando en plena campaña electoral, y también por Canal 13 (entonces en manos del Estado), se emitió el documental El galpón de la memoria, conducido por Enrique Pinti, uno de los que desagravió a Bores. El programa repasaba la historia argentina desde el golpe de 1930 hasta 1976 y su segunda parte se iba a centrar en la última dictadura militar. Las presiones militares impidieron que se emitiera. Recién salió al aire en 1997.
La Corte Suprema aceptó el recurso de queja en el caso de Tato Bores y dejó sin efecto el fallo de los camaristas. El máximo tribunal estableció que se había vulnerado la garantía constitucional del debido proceso, ya que nadie había visto el video cuestionado.
Tato Bores murió en 1996. Más de tres décadas después de aquel episodio, la política argentina vuelve a conmoverse con el apellido Menem relacionado a presuntos hechos de corrupción. María Servini (ya viuda, no usa el apellido de su fallecido cónyuge) salió indemne del caso. Juró como jueza antes de la reforma constitucional de 1994, que establece la jubilación de los magistrados a los 75 años. Por esa razón, a los 88 años sigue en funciones.