Si bien en los planes de Javier Milei los cambios de gabinete iban a ser después de las elecciones, las peleas internas explotaron en las manos del Gobierno. Ayer, no solo adelantó su salida el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, sino que desde la Casa Rosada tuvieron que anunciar la designación de un nuevo Canciller, que reemplazará a Gerardo Werthein. El puesto finalmente lo ocupará Pablo Quirno, quien se desempeñaba como Secretario de Finanzas bajo el ala del ministro de Economía, Luis Caputo. Hombre de su confianza, Quirno trabajó con “Toto” en el JP Morgan y compartieron gestión también durante la presidencia de Mauricio Macri. Este nombramiento representa el desembarco definitivo de las finanzas globales y en particular del JP Morgan en la política exterior argentina.
Hace solo dos días el ahora flamante Canciller anunció que sus exempleadores serían los asesores financieros en una operación de recompra de bonos, un negocio por el que la entidad financiera se llevará una interesante comisión. Desde el oficialismo sostienen que Quirno –exbanquero, formado en la Universidad de Pensilvania y socio histórico de Luis “Toto” Caputo– es el hombre que, desde la Cancillería, puede traer las inversiones prometidas para lo que en la Casa Rosada llaman “la segunda etapa del plan”. En el comunicado oficial que publicó la Oficina del Presidente, escribieron que el exsecretario de Finanzas es una “pieza fundamental de la construcción del milagro argentino”, y añadieron que con su designación al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores, “Milei profundizará el vínculo entre la Cancillería y el Ministerio de Economía y la visión pro mercado de la gestión de cara a la segunda parte de su gobierno”.
Licenciado en Ciencias Económicas, Quirno acumula más de tres décadas en el sector financiero. Pasó buena parte de su carrera en JP Morgan y luego fundó su propia consultora, Sansom Capital Advisors, antes de volver al país durante el macrismo. En el gobierno de Mauricio Macri fue jefe de Gabinete del Ministerio de Finanzas y más tarde integró el directorio del Banco Central. En el actual esquema libertario, se consolidó como una figura clave en las negociaciones por la nueva toma de deuda con el FMI. Su salto a la Cancillería no es casual: Milei busca una diplomacia alineada con Wall Street y con los intereses del Tesoro estadounidense.
En JP Morgan, Quirno fue director para América Latina desde el año 1999 hasta el 2016. Pero él y Caputo no son los únicos funcionarios que tiene sus raíces en ese banco. José Luis Daza, viceministro de Economía fue jefe de investigación de mercados emergentes en JP Morgan entre 1994 y el 2000. Santiago Bausili, actual presidente del Banco Central, fue encargado de la Banca de Inversión y mercados de deuda de JP Morgan entre 1996. Vladimir Werning, actual vicepresidente del Banco Central fue economista jefe del Cono Sur y Latam en el banco entre 1996 y 2016 y Demian Reidel, presidente de Nucleoeléctrica, se ocupaba de la investigación de mercados para JP Morgan entre 1998 y el 2001.
Hasta ahora, la influencia del JP Morgan se circunscribía sobre todo al gabinete económico. Ahora, saltan al máximo nivel del manejo de las Relaciones Exteriores de la Argentina. La carrera de Quirno combina décadas en JP Morgan y su propia firma, Sansom Capital Advisors, con roles estratégicos en el Estado durante el macrismo. Allí, se convirtió en uno de los principales artífices del endeudamiento récord del país con el FMI, y promovió los PPP (Participación Público-Privada), proyectos que supuestamente financiaban obras de infraestructura, pero que terminaron beneficiando al sector financiero y aumentando la carga de deuda sobre el Estado. En otras palabras: un endeudador serial al servicio de los mercados.
Para el 2017, Quirno ya era hombre de confianza de Caputo e integrante de la Secretaría de Finanzas del macrismo, cuando se firmó el escandaloso “Bono del Siglo” o “Bono de los 100 años”, completamente perjudicial para la Argentina. En junio de ese año, Caputo y su equipo realizaron una insólita emisión de un bono a 100 años a una tasa de interés elevadísima, una operación financiera concretada en secreto con cuatro grandes bancos internacionales: HSBC, Citi, Santander y Nomura, sin difusión entre inversores y definida en conferencia telefónica para unas pocas grandes firmas administradoras de fondos millonarios. Años después, en 2021, la Auditoría General de la Nación cuestionó fuertemente esa decisión y sostuvo que “no existió una estrategia de financiamiento que justificara este tipo de emisiones” y que a pesar de haber recibido 25 alternativas de financiamiento, “se optó por una opción que no había sido presentada con anterioridad por ninguno de los bancos asesores y se adoptó un mecanismo de rescate anticipado de imposible aplicación”.
Con todo este historial llega Quirno a la Cancillería, un lugar estratégico. Con otras palabras, así lo dijo Gobierno: “El nuevo canciller continuará construyendo las alianzas internacionales con el objetivo de consolidar la reinserción de la República Argentina en Occidente y seguirá impulsando la batalla cultural”.
Desde el sector que lidera Santiago Caputo salieron a festejar el nombramiento. El propio asesor escribió en X: “Excelente decisión del Presidente. Pablo es una persona fundamental del equipo del Ministerio de Economía y al frente de la Cancillería será una pieza clave en instrumentar la visión del Presidente de hacer a la Argentina grande otra vez”. Luego, se sumó toda la patrulla digital de trolls oficialista, como el “Gordo” Dan y Juan Doe.
Nieto de Avelino Quirno Lavalle, fundador del Partido Conservador Popular y ligado a la elite política y económica local, Pablo Quirno encarna la continuidad del poder financiero en el Estado.
La saga familiar del ahora exsecretario de Finanzas, habla por sí sola. Pablo Quirno Jr., con apenas 26 años, fue subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales durante el macrismo, un cargo cuestionado por su falta de experiencia y que refleja cómo los puestos estratégicos a veces se heredan. Tras la derrota de Macri, se sumó a Brubank, el banco digital que había recibido autorización gracias a su padre, y asumió como director financiero.
Otro hijo, Marcos Quirno, formado en Letras, recaló en JP Morgan en Estados Unidos durante la gestión del padre, mostrando cómo la familia combina capital político y financiero.
Ahora, Pablo Quirno vuelve como canciller libertario, reforzando un gabinete donde la diplomacia parece confundirse con planillas de Excel. “Seguiremos trabajando en equipo”, escribió al asumir, refiriéndose a Caputo… o quizás a los fondos de inversión que celebran su llegada.










