La campaña cordobesa trajo una novedad: en el breve espacio que hay entre las dos identidades de raíz peronista que conviven en la provincia -el cordobesismo y el kirchnerismo-, Natalia de la Sota metió una cuña. Rompió con el frente que fundó su padre y se fue con su apellido a cuestas a su propio espacio, Defendamos Córdoba. Tras un año y medio de ser una diputada díscola de su bancada, y después de infinitas especulaciones sobre si finalmente iba a volver al redil cordobesista, su candidatura se oficializó. Armó bunker en unas oficinas de la zona sur de Córdoba donde atiende a Página/12.
“Todos los que formamos este espacio estamos con mucho entusiasmo”, arranca la diputada. El gobierno provincial se juega mucho con Juan Schiaretti a la cabeza ante una lista de ignotos libertarios y hay voces del oficialismo local que le reprochan ser funcional a Milei, a quien critica con dureza. El señalamiento es hurticante pero no le hace perder el tono moderado: “Va a ser un escenario que va a ser difícil para todos. Esperemos que sea una campaña respetuosa en un marco democrático en serio”. Flota una sensación tácita: pasar por estas oficinas en las últimas semanas acarreaba un costo político con la casa de gobierno provincial.
¿Te hicieron enojar algunas actitudes del cordobesismo?
No, pero pasaron algunas cosas. Lo que me parece es que hay que decir la verdad. Hay algunos mensajes cruzados y engañosos, pero son parte de esta coyuntura electoral.
Como que te habían ofrecido un lugar preponderante en la lista.
Sí. Eso no existió nunca. Me hubiese encantado que me llamen hace un año y medio pero para discutir política, no para integrar una lista. Eso termina siendo consecuencia de las coincidencias o no que uno tenga. Y evidentemente nosotros veníamos marcando diferencias con Hacemos por Córdoba.
La bancada oficialista cordobesa votó distinto a De la Sota en debates legislativos centrales. Señala que esas posturas hicieron que se pierda “el espíritu y la columna vertebral que siempre tuvo lo que fue Unión por Córdoba (NdR: el partido que fundó De la Sota padre). A lo mejor había que exigir un poco más”.
¿No hubo presiones para las votaciones?
No sufrí presiones. Pero quiero aclararlo: no es una mirada necia la mía. Entiendo que ser diputado nacional no es ser gobernador, con la responsabilidad de administrar una provincia. Hay ciertas concesiones que quizás hay que hacer, acuerdos a los que hay que llegar. Ahora: se le dieron estas herramientas a este presidente que llegó a la política e irrumpió jugando fuera de la cancha, corriendo el arco de la institucionalidad, del respeto al Congreso. Yo desde un primer momento estuve en las antípodas del modelo que propone Milei. Darle estas herramientas era claramente un riesgo.
¿En ese momento lo hablaron? Hoy algunos integrantes del bloque están arrepentidos de darle esas herramientas.
Sí, se discutió. Cada uno votó de acuerdo a su conciencia. Desde el primer día supe que no iba a acompañar estas cosas. La madre de todos los ajustes fueron tanto la Ley Bases como los superpoderes y el decreto 70/23.
La oficina tiene un mobiliario moderno y pocos adornos. Un joven asesor de su equipo entra y saluda en sorpresivo pero inconfundible portuñol antes de tomar algunas imágenes. Solo algunos libros enciclopédicos pueblan los estantes y dos símbolos rompen la monotonía pulcra del color gris de los muebles: una pintura enorme de Evita que perteneció a su padre y un caricaturesco José Manuel de la Sota de 40 centímetros. La figura estaba en un restaurant que tenía representados a varios personajes de Córdoba. “Cuando el dueño cerró, vino y me regaló la de mi viejo”, cuenta Natalia.
¿Cuándo supiste que ibas por afuera del espacio que fundó tu papá? ¿Hubo una gota que rebalsó el vaso?
No. Es una construcción que uno va haciendo en el tiempo. Empecé a sentir que estábamos cada vez más alejados. Si bien hoy el gobierno provincial tiene críticas al gobierno nacional, estamos en una coyuntura electoral. No se ve nítidamente su voluntad de oponerse.
¿Ni siquiera ahora en campaña? Schiaretti, que tenía un discurso netamente antikirchnerista, ya esboza algunas críticas.
Yo respeto mucho al exgobernador Schiaretti y valoro sus gestiones, como lo hacen muchos cordobeses también. Ahora bien: a mí me hubiese encantado escucharlo al exgobernador hablar durante este año y medio de todo lo que estaba pasando. No solo con las retenciones y la obra pública. Aunque son cosas importantes, Córdoba es más que eso.
Y en ese marco, ¿te incomodó que el gobierno de Córdoba pusiera funcionarios en el gobierno de Milei?
Sí, sí, claramente. Hablaba de ciertas coincidencias con Milei, ¿no?
¿Coincidencias que no esperabas?
La verdad es que no me las esperaba. De alguna manera hubo cierto apoyo. Se trabajó fuertemente para que no ganara Massa en su momento. Claramente lo hizo el exgobernador. Pero no creía que fuera a llegar a eso de tener funcionarios allí. Son explicaciones que tendrá que dar él.
“Kirchnerista no; soy delasotista”
Natalia de la Sota sabe que en la campaña la tacharán de kirchnerista de un lado y del otro dirán que es una colectora del cordobesismo. El registro de votaciones de la Cámara de Diputados marca más coincidencias con UxP que con el oficialismo provincial pero hay un divorcio que viene desde los tiempos de Néstor Kirchner y José Manuel de la Sota.
¿Por qué no hacer una alianza? ¿Qué te separa ideológicamente si en tantos temas tan variados votaron igual?
Creo que hay que armar una expresión genuinamente cordobesa. Sin las terminales de Buenos Aires, sin las decisiones allá. Que no tengamos que consultar en Buenos Aires es una diferencia importante.
¿Pero puede haber proyecto provincial sin proyecto nacional?
Me parece que lo que hay que hacer a nivel nacional es una gran autocrítica. Me refiero al justicialismo, al peronismo y los sectores aliados que estamos de este lado del mundo. Un gran trabajo de renovación de cuadros, de nuevos dirigentes y de nuevas ideas, aggiornar las que tenemos. Quiero ser parte de eso también. Hay un PJ nacional que hay que redefinir y yo quiero estar ahí. Y hay que darle un espacio al PJ con Córdoba distinto al que tiene hoy.
O sea que estarías dispuesta a ser parte de un proyecto nacional o al menos te sentarías a la mesa a discutir.
Totalmente. Me parece que es necesario. La discusión de kirchnerismo o antikirchnerismo ya es vieja. Hoy el adversario y quien nos está haciendo daño es Milei. Volver a discutir cosas que ya son pasado no permiten mirar para adelante.
¿No sos refractaria al kirchnerismo?
No, no soy refractaria.
Para cierto sector del peronismo provincial es casi una enfermedad infecto-contagiosa.
Para mí no, en absoluto. Podemos tener una diferencias o desencuentros como tuvimos a lo largo de estos años. No me considero del kirchnerismo. Si tengo que definirme me definiría delasotista. Cada uno representará un sector del justicialismo, del peronismo, pero Córdoba tiene que estar en esa discusión. Existe un justicialismo en Córdoba. Hay que ser muy respetuoso de las identidades de cada provincia, que también ha sido un error del PJ a nivel nacional. Pero esto no quiere decir que no podamos confluir a futuro. Debemos hacerlo para poder cambiar de modelo económico-social y político.
En el libro de Cristina hay un capítulo donde ella habla de la convivencia de Bergoglio y de Néstor, dos personalidades muy fuertes que chocaban y no pudieron aflojar. Salvando las distancias, ¿crees que tu papá y Néstor podrían haber aflojado?
Probablemente, se podrían haber suavizado algunas cosas. Hubo varios desencuentros y yo tengo que decir la verdad: a mi criterio hubo errores del gobierno nacional al mirar Córdoba, por ahí no conocen las idiosincracias.
Respecto al rol del Estado es imposible no pensar cómo se hubiera posicionado tu papá. ¿Estás cansada que te hagan esa pregunta?
¡No, me encanta! Porque yo lo pienso todos los días. Sería el primer opositor a este modelo, no tengo ninguna duda. Porque lo que hizo él fue otra cosa. Acá en Córdoba se trabajó con el sector privado de manera muy natural y el Estado hacía lo que tenía que hacer. Fue la primera provincia en implementar el boleto educativo y entonces los trabajadores de la educación viajaban gratis, por ejemplo. Eso es el Estado donde tiene que estar. Escuchaba a Mondino decir que los vecinos tienen que hacer una vaquita para hacerse las cloacas. Dan ganas de llorar.
Hoy que ya sos candidata por tu propia fuerza, ¿en qué término pondrías lo que pasó con la condena a Cristina?
Hay una doble vara. La Justicia actuó rápidamente ante el anuncio de la candidatura de la expresidenta pero nadie sabe qué pasó con las causas que tienen que ver con Macri. Cuando se politiza la justicia y se judicializa la política pasan estas cosas. Sería hora de que logremos dejar de crispar a la población utilizando estas herramientas.
Aparecieron cosas muy complicadas en las últimas horas respecto a la corrupción en este gobierno. ¿Va a ser tan amable la justicia con Javier y Karina Milei como lo fue con Macri?
Espero que no suceda. El presidente tiene que salir ya mismo a dar explicaciones. Estamos hablando paradójicamente de un tema que estuvimos discutiendo hace unos días en el Congreso. Y estamos escuchando hoy que en la ANDIS estaban sucediendo estas cosas. Parece una broma de mal gusto y una película de terror.
Con el mismo funcionario que según la madre de Ian Moche le reprochó que no pagaba peaje por tener un hijo discapacitado…
Cuando uno empieza a ahondar en lo que realmente Milei ha venido a hacer desde lo ideológico, lo político y lo filosófico, es inverosímil. Es difícil de creer que hoy tengamos un presidente que piense de esta manera en Argentina. Con los valores que está queriendo poner sobre la mesa: que cada uno se arregle como pueda, que el Estado no tiene que estar, no tiene que cuidar, no tiene que abrazar. Que no tiene que hacer nada más que encargarse de la macroeconomía cuando sabemos muy bien lo que está pasando en la economía doméstica. Los niveles de crueldad y de perversión a veces sorprenden.
¿Qué te gustaría que pase el 10 de diciembre de 2027 en Córdoba y en Argentina?
Uy, qué lejos.
Es lejos pero todos admiten que piensan en 2027.
Lo primero que quisiera es que podamos de alguna manera frenar lo que está sucediendo. Va a ser una terrible noticia si seguimos avanzando en la destrucción de la Argentina en general y del Estado en particular. Y que se pueda lograr una síntesis de quienes creemos que el Estado tiene que estar ayudando, cuidando, que tiene que dar oportunidades. Ojalá se logre esa síntesis y se pueda dar la pelea.
¿En algún momento de tu carrera te imaginás gobernando la provincia? Quizás no en 2027 pero después…
En algún momento sí, todos soñamos. Gobernar es poder ejecutar lo que uno cree. Pero no tengo fecha para eso.
Cristina Fernández, candidata en Córdoba
Por fuera de la propia De la Sota, la lista de Defendamos Córdoba no presenta nombres conocidos para el gran público. Perlita: en el casillero siete destaca Cristina Fernández. Se trata de la secretaria general del gremio de la sanidad en Río Cuarto.
¿Cuál es la búsqueda de la conformación de la lista?
La idea era representar nítidamente una opción opositora para la gente que no convalida y está sufriendo las políticas de La Libertad Avanza. Representar a sectores como la universidad, docentes, no docentes, ciencia, tecnología. Hay una especialista en discapacidad, gente de sindicatos, del trabajo, de la salud. Ellos son los protagonistas y los que lo viven en carne propia cada golpe que va dando el Gobierno Nacional. Queremos representar lo que está dañando Milei en Córdoba y que nosotros queremos defender.