La Comisión de Presupuesto y Hacienda abrió el debate del proyecto 2026 bajo la sombra de una nueva anomalía libertaria. Su presidente, José Luis Espert —primer candidato a diputado por el oficialismo en la provincia de Buenos Aires— quedó en el centro de la tormenta por sus vínculos con el narcotraficante condenado Fred Machado. Durante más de una hora, la oposición arremetió contra el economista, que resistió imperturbable los embates y se negó a dar un paso al costado pese a los insistentes reclamos de autoexclusión. Los legisladores del oficialismo –acompañados por el PRO y la UCR– evitaron pronunciarse en su defensa. El resto de los bloques advirtió que agotará los mecanismos institucionales para desplazarlo. La oposición afila ahora su estrategia: llevará la moción de remoción al recinto el próximo 8 de octubre. El libertario cuenta con el respaldo total del presidente Javier Milei, principal artífice de su candidatura. Los dichos de Patricia Bullrich pidiendo explicaciones al candidato quedaron en offside luego de una reunión de gabinete que encabezó Milei y la ministra tuvo que rectificarse. Por la noche, volvió a complicarse: en una entrevista televisiva, no logró negar que Machado le haya transferido 200 mil dólares durante la campaña de 2019.
Pese a la embestida opositora, José Luis Espert se negó a dejar la presidencia de la Comisión de Presupuesto. El libertario ingresó con casi media hora de retraso a la reunión que él mismo había convocado la semana anterior para las 13 horas decidido a dar inicio al debate en el que debían exponer los funcionarios del Palacio de Hacienda Carlos Guberman y Pablo Quirno. Antes de que pudiera abrir la discusión, el jefe del bloque Unión por la Patria, Germán Martínez, lo interrumpió para recordar que un día antes se envió una nota al secretario parlamentario, Adrián Pagan, reclamando que el oficialismo designara un reemplazo para la presidencia. “Es inentendible que José Luis Espert siga siendo presidente de esta comisión, tiene que ser removido inmediatamente”, lanzó, y aclaró que la oposición no tiene “ninguna animosidad de quedarse con la presidencia”.
Con distintos matices, toda la oposición respaldó el pedido. En concreto 27 legisladores de un total de 49 miembros se mostraron a favor de quitarle la presidencia. Espert, sin embargo, hizo oídos sordos y resistió en su silla. La disputa pasará de la comisión al recinto: los diputados se preparan para que sea el pleno el que decida su remoción en la sesión del 8 de octubre. Mientras un sector de la oposición sostiene que ese es el ámbito para aprobar el desplazamiento, otros no descartan emplazar a comisiones la revisión de las credenciales de Espert. El socialista de Encuentro Federal, Esteban Paulon, fue el primero en pedirle a Espert que se autoexcluyera y le advirtió: “Si usted no accede a tener ese gesto, habrá que avanzar por los canales institucionales que tiene esta Cámara”.
El enojo de los diputados con Espert viene de larga data. En julio, Victoria Tolosa Paz pidió su remoción de la presidencia de la comisión por bloquear el debate de proyectos clave. Lo mismo hizo el legislador de Encuentro Federal, Nicolás Massot. En efecto, los bloqueos sistemáticos de Espert en la comisión dilataron el tratamiento de todas las leyes incómodas para el gobierno y empujaron a la oposición a recurrir, una y otra vez, al sinuoso camino de los emplazamientos.
Sin mucho para decir, los libertarios evitaron defender a Espert. Gabriel Bornoroni, presidente de la bancada oficialista, apenas atinó a pedir “que la campaña no se interpusiera en el tratamiento del presupuesto de todos los argentinos”. Un argumento débil que choca de frente con el antecedente de los dos años que el gobierno lleva gestionando sin presupuesto. A su turno, la diputada oficialista Nadia Márquez intervino para remarcar que la definición sobre ese asunto correspondía a otros ámbitos y que, hasta que eso no sucediera, Espert continuaba al frente de la comisión.
¿Cárcel o bala?
El latiguillo que convirtió a Espert en tendencia en redes y en los medios reapareció en boca de varios diputados durante la discusión. Desde el Frente de Izquierda, Christian Castillo recordó que su bloque ya había pedido la remoción del libertario en el verano de 2024, precisamente por su frase “cárcel o bala” dirigida a quienes apoyaban las protestas callejeras. “Tiene una causa abierta”, subrayó, y agregó: “Los fundamentos para que usted sea removido no han hecho más que incrementarse”. En esa línea, remarcó que hasta la propia ministra de Seguridad “dice que usted tiene que dar explicaciones. ¡No lo defiende ni Bullrich!”.
El diputado de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, también endureció el tono: “Debería dar un paso al costado por su propio Gobierno, por respeto a sus colegas y al Parlamento”. Y advirtió que se trata de evitar que “la gobernabilidad no estalle en manos de un provocador serial como usted, que solo se le ocurre decir ‘cárcel o bala’… no sé qué haría en su caso si llega a ser cierto que lo financió el narcotráfico”.
La dirigente de izquierda Vilma Ripoll sumó su intervención con ironía: “Gracias señor presidente, hay que decirlo porque es una formalidad. Porque la verdad lo que le quería preguntar después de todas las denuncias que hay y después de habernos dicho ‘zurditos, van a correr’: usted ya corrió con la moto y además nos dijo ‘cárcel o bala’. Entonces ahora le puedo preguntar: ¿cuál elige, cárcel o bala?”.
Presupuesto dibujado, final abrupto
Después de más de una hora de críticas cruzadas contra Espert, el encargado de presentar el proyecto de Presupuesto 2026 fue el secretario de Hacienda, Carlos Guberman. El funcionario desplegó un paquete de cifras que buscan sostener el relato económico del oficialismo y proyectó un crecimiento del 5%, una inflación acumulada del 10% y un dólar a $1.423 para 2026. “La expectativa del mercado es que este año la inflación cierre en 27%, pero nosotros creemos que será del 10%” dijo.
Su exposición se extendió por más de noventa minutos, de los cuales los primeros treinta los usó para subrayar los “logros” de la gestión de Javier Milei. Un presupuesto dibujado que terminó de manera precipitada. Cuando aún quedaban 25 minutos para cerrar la reunión la izquierda pidió la palabra para reclamar por la Flotilla en Gaza y llamar a una marcha en Plaza de Mayo. Guberman se levantó y se fue, dejando al debate con un final abrupto.
La banca de Milei
El miércoles había empezado mal para José Luis Espert y anticipó una jornada caliente. Por la mañana, Patricia Bullrich le soltó la mano y exigió explicaciones en declaraciones radiales: “Nosotros que combatimos el narco con todo no podemos aceptar conductas de personas aliadas al narco”. La frase cayó pésimo dentro de la Casa Rosada, que se preparaba para una reunión de gabinete encabezada por el presidente.
El propio Javier Milei salió en defensa de Espert el día anterior, desestimando la denuncia que avanza en la Justicia norteamericana y calificándola como “chimentos de peluquería”. Para Bullrich, la situación de Espert deslegitima la campaña libertaria. La ministra también crítica por lo bajo a la candidata a senadora Lorena Villaverde, salpicada por causas vinculadas al narcotráfico.
Tras la reunión de gabinete, el encargado de fijar la postura oficial fue el vocero y legislador electo Manuel Adorni: “Es un tema refritado de hace seis o cinco años. Viene de larga data. Si la Justicia tiene que pedirle explicaciones a Espert se las pedirá. No hay ningún cambio adicional con respecto a nada”, dijo en conferencia de prensa. Ya por la tarde, Bullrich recalculó. Al volver a referirse al tema sostuvo que “en 2019 este señor narcotraficante, Machado, no estaba imputado”. Y agregó: “Espert puede plantear que en el momento en que usó el avión” de “Fred” para trasladarse a Viedma “no había ninguna imputación”.