Llamado a construir consensos para gobernar por el bien del pueblo 

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Al hablar en la homilía de la misa inaugural de la asamblea episcopal que se realiza durante toda la presente semana en Pilar (Prov. de Buenos Aires), el titular de la Conferencia Episcopal (CEA), el arzobispo mendoncino Marcelo Colombo, se apoyo en un texto del evangelio de San Lucas para referir que Jesús, invitado a una fiesta “en la casa de un importante jefe de los fariseos”, aprovechó la oportunidad para darle “al anfitrión un consejo exigente y desconcertante, poniendo en crisis las normas habituales para invitar a una fiesta”. Porque -sostuvo el presidente de la CEA- “al banquete debe invitarse a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos, es decir, a los pobres y a los impuros, contra tantas prescripciones vigentes”.

Y siguió diciendo que desde la mirada de Dios “los pobres y los marginados tienen un lugar en la fiesta” y vivir según esta perspectiva “conmueve fuertemente la escala de valores que nos guían, personal y comunitariamente”.

Más adelante el obispo subrayó que “si la vida puede ser entendida como una fiesta a la que todos estamos llamados, nadie puede ser excluido” porque “no hay poder humano sobre el derecho a la vida y a la participación de los dones de Dios”. Y agregó que por tal motivo “los cristianos somos conscientes de que tenemos la misión de luchar con todas nuestras energías, junto a la sublime causa de la paz, por el derecho a la vida y su dignidad, en todas las etapas de la existencia humana”.

Basado en esos argumentos Colombo reinvindicó la posición que los obispos vienen manteniendo en defensa de los derechos de grupos, sectores y minorías perjudicadas por la situación social y económica. “Así lo hemos venido haciendo desde distintos espacios del episcopado en relación a las personas con discapacidad, los jubilados, los hermanos y las hermanas víctimas de la adicciones y la trata, los niños y jóvenes afectados por la ludopatía virtual extendida masivamente por intereses espurios, permitida y alentada con la complicidad de tantos sector políticos y sociales” sostuvo el titular de la CEA.

De esta manera el presidente del episcopado expuso y apoyó de manera explícita ante sus pares las acciones de respaldo y denuncias que, desde distintas instancias de la Conferencia Episcopal y por algunos obispos en forma individual, se han venido realizando en todos los temas mencionados, solidarizándose con quienes se ven afectados por situaciones de pobreza y marginalidad, pero también con los trabajadores de la salud, las personas con discapacidad y los jubilados, entre otros.

“Al igual que Jesús -siguió diciendo Colombo en su homilía-, no nos resulta posible participar de la fiesta de la vida sin interesarnos en invitar a todos para que nadie quede afuera a causa de la mezquindad, la avaricia o el desinterés por los más pobres y vulnerables”. Haciendo suyas palabras del papa León XIV el arzobispo afirmó que “las estructuras de injusticia deben ser reconocidas y destruidas con la fuerza del bien, a través de un cambio de mentalidad, pero también con la ayuda de las ciencias y la técnica, mediante el desarrollo de políticas eficaces en la transformación de la sociedad”.

En otro pasaje de su intervención y refiriéndose a “la amistad social” el arzobispo mendocino dijo que “quienes tienen un mandato de su pueblo para el ejercicio de un cargo, no deben ignorar la voz y los aportes de todos los miembros y sectores de la comunidad, algunos de los cuales tienen representación política parlamentaria y su propio espacio de manifestación institucional”. Porque -agregó- “la construcción permanente de consensos debería ser el norte de quienes quieren gobernar con amor, inteligencia y pasión por el bien de su pueblo”.

Un centenar de obispos católicos iniciaron este lunes en Pilar una semana de asamblea plenaria que, según lo expresó su presidente, tiene el propósito de “escucharnos y compartir inquietudes y ricas experiencias apostólicas: también los problemas y sufrimientos de nuestra gente y de nuestras iglesias particulares, así como sus sueños y proyectos”.

Colombo finalizó su intervención adelantando que “durante estos días reflexionaremos sobre la actitud profética que el Señor le pide a su Iglesia” para que mediante “la escucha recíproca” y “con especial atención al grito de los pobres y el clamor de la Tierra, nos permita hacer realidad entre nosotros lo que la Semana Social de este año invitaba a todos los argentinos: ‘Que la sabiduría del diálogo, la misericordia que acoge y la alegría de la esperanza nos impulsen a involucrarnos y organizarnos como sociedad para tejer vínculos que hagan posible una Patria con verdadera Amistad Social y orientada al bien común’ ”.

 

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