“Las Madres hoy están bajo ataque” 

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En las banderas y en los parlantes, en las fotos y en las remeras, con el puño alzado y el pañuelo en alto: Hebe de Bonafini está presente en cada evocación y en cada demanda del presente. También en las de las Madres que siguen llevando adelante, con una fortaleza que sorprende, la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Su sede de la calle Yrigoyen, frente a la plaza Congreso, volvió a ser este 24 de marzo un punto de encuentro, celebración y partida. Hasta allí llegó también, como viene sucediendo cada Día de la Memoria, el gobernador Axel Kicillof y parte de su gabinete, para reunirse con las Madres, charlar con ellas y luego acompañarlas en el tradicional camión con el que recorren la marcha todos los años. 

Visitación, que cumplió 100 años el pasado 17 de octubre. Azucena, que vive en el barrio La Juanita, de Gregorio de Laferrere, y durante tantos años combinó tantos trenes y colectivos para venir sin faltar nunca a este lugar y a la Plaza, y que ahora se emociona con el recibimiento de la gente al llegar con su silla de ruedas, acompañada por su hija y sus nietas. Pina, otra incansable, a sus 94. Carmen, la Madre-hermana a la que Hebe legó el pañuelo, hoy erigida como vocera de estas Madres. Beba, que ya no puede moverse, enviando fuerzas desde su casa. Y marchando en sus ciudades la Madre-hermana Sara de Tucumán y la Madre-compañera Irene de Mar del Plata. Las Madres siguen siendo ejemplos extraordinarios. 

“Siempre marchamos con las Madres, lo hicimos durante el macrismo, lo hicimos con Hebe hasta que se fue, y hoy es también una forma de recordarla a ella, y de honrar su memoria”, repasa Kicillof en diálogo con Página/12. “Siempre vamos a sostener esta forma de presencia, de apoyo y acompañamiento a las Madres, que son la gran inspiración para todos los que luchamos por Memoria, Verdad y Justicia. Y ahora más que nunca, en un gobierno como este, cuando estamos bajo ataque permanente. No sólo lo que defendemos sino también, muy concretamente, las Madres, su universidad, su sede”, advirtió.  

Antes de subir al camión con el que avanzarían aplaudidas y saludadas por la marea humana que se extendía por Avenida de Mayo, hubo tiempo para que las Madres recibieran al gobernador. Lo esperaron con té y galletitas, charlaron y se rieron. “Yo no me pienso morir hasta ver este país lindo cuando seas presidente”, le dijo Visitación. Sumó un pedido: “Tienen que juntarse”. 

Fue en el comedor que es el lugar de reunión de esta Casa de las Madres, junto al despacho de Hebe. Que permanece intacto, con el calendario colgado en el mes de noviembre de 2022, sus cuadros y recuerdos, su pañuelo extendido sobre su sillón, el libro Sinceramente que Cristina Kirchner le dedicó sobre la mesa. 

Cristina Caamaño, rectora de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo y ex interventora de la Agencia Federal de Inteligencia, se sumó a la reunión y al camión de la marcha. También la vicegobernadora Verónica Magario; Carlos Bianco, Andrés Larroque, Walter Correa, entre otros integrantes del gabinete bonaerense, y los intendente Federico Achaval, Fernando Espinoza, Andrés Watson y Fabián Cagliardi. 

 

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