En los último días visitó nuestro país Robert Lighthizer, ex representante comercial de Estados Unidos, durante la primer presidencia de Donald Trump , y para sorpresa de nadie profundizó la línea que fuera expresada por el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos sobre el deseo de un alineamiento irrestricto de Argentina con los EEUU , no solo en clave de cooperación militar sino también en la dimensión comercial bajo la predica de que China busca expandir un supuesto régimen autoritario. Estas intervenciones solo dan cuenta de la desesperada búsqueda del país del norte por reeditar la doctrina Monroe y subsumir las economías de la región a sus intereses comerciales a cualquier costo, incluso con la intervención militar, como lo ha hecho sin ningún problema en un sinfín de oportunidades a lo largo y ancho de globo.
Para la región en general , pero para nuestro país en particular, que está sufriendo en todos los ámbitos de la economía, pero principalmente en su entramado industrial y productivo, los embates de las políticas de este gobierno tendientes a desmembrar y descapitalizar a las pequeñas y medianas industrias , la solución no puede ser la sumisión a los deseos e intereses de ningún país, pero menos de EEUU que, habiendo llevado al mundo al colapso mediante el fomento de la especulación financiera como régimen económico mundial , hoy pretende, en una búsqueda desesperada por recuperar posiciones en el entramado productivo mundial, llevar al mundo y a la región a una guerra arancelaria que no beneficia a las economías periféricas o con capacidad de desarrollo como la nuestra.
No se trata tampoco de llevar adelante una política de alineación comercial o de apertura indiscriminada que perjudique a nuestra industria ni a nuestro campo. En el marco de una clara disputa geopolítica mundial Argentina debe construir un proyecto político y económico que fortalezca su posición relativa frente a los grandes jugadores del comercio global poniendo en valor su entramado productivo a lo largo y ancho del país, sumarle valor agregado a lo producido en el campo y fortaleciendo la su soberanía sobre la superficie marítima.
Debemos aprovechar las múltiples oportunidades que brinda el multipolarismo , y fortalecer el multilateralismo, pero no como una economía periférica y subordinada a los intereses extranjeros, sino a partir de relaciones entre iguales y favoreciendo aquellas relaciones con economías complementarias.
La experiencia que propone EEUU y que busca imponer, con las declaraciones amenazantes de estos personajes y mediante el alineamiento ideológico que tiene la actual gestión nacional con el país del norte no trae nada nuevo a nuestro pueblo. Solo ajuste, concentración de la riqueza y desigualdad.
Es a partir de cuidar, promover y fortalecer nuestras economías regionales y nuestras pymes que debemos entrar en la conversación del comercio mundial no desde una posición ideológica sino desde una posición de potenciar y agrandar el mercado para nuestros productos.
Llama la atención la preocupación expresada sobre China por estas figuras tan importantes de EEUU. Quienes vivimos en Argentina y nos preocupa la defensa de los intereses de nuestro pueblo somos conscientes que no hay régimen mas autoritario, violento, y generador de desigualdades que el régimen económico que propone EEUU basado en la estrangulación financiera y la intromisión en los asuntos políticos internos. Acá en Argentina y en cualquier parte del globo.
El desafío que tenemos por delante es construir un proyecto político y económico que permita sentarse, desde una perspectiva del sur global, con aquellos países que hoy digitan la economía global.
Están preocupados porque el nuevo orden geopolítico y comercial que proponen los países emergentes, como el caso de China, busca que todos los países salgan ganando en una relación comercial, y eso es lo opuesto a lo que viene haciendo EEUU hace mas de 70 años en todos sus acuerdos económicos y comerciales donde siempre los únicos que ganan son ellos.
El mundo unipolar con una potencia hegemónica que dicta a gusto y piacere como deben desenvolverse las economías nacionales no existe más, mal que le pese a algunos.
La integración regional, la vinculación con los BRICS, poder aprovechar las oportunidades que brindan los proyectos de la Franja y Ruta de la seda, pero sobre todo tener un proyecto político serio y que fortalezca el poder del Estado Argentino para sentarse en esas discusiones, es el gran desafío que tenemos por delante. Porque nadie salvará al Pueblo argentino que no sea el propio pueblo. Este es el desafío ganarle a los meseanicos, desesperados por una caricia en el lomo de sus dueños y construir una Nación que incluya a todos sus habitantes. Cómo decía San Martin: solo el que vive de rodillas ve como gigantes a sus enemigos. Es hora de levantarnos y empezar a andar.