Mientras el Gobierno aún intenta capitalizar su encuentro con Donald Trump en Washington y justificar los términos del supuesto salvataje financiero, el expresidente Mauricio Macri reapareció en la escena pública con un mensaje que buscó poner unos paños fríos. En una extensa publicación en la red X, el fundador del PRO planteó que la Argentina debe “arrancar y crecer sin parar”, pero con acuerdos amplios y una Ley de Presupuesto que refleje la nueva composición del Congreso tras las elecciones del 26 de octubre.
El expresidente destacó los “sacrificios” realizados en pos de la estabilidad, y celebró una inflación del 2,1% en septiembre, a la que consideró un logro frente al 211% anual heredado de Alberto Fernández. Sin embargo, advirtió que “el país necesita pasar de la estabilidad al crecimiento” y llamó a construir una nueva mayoría parlamentaria que exceda las fronteras partidarias. “El PRO y yo como presidente del partido estamos dispuestos a asumir este compromiso”, afirmó a pesar de que su fuerza casi ni aparecerá en las Boletas Únicas distribuídas en todo el país y con algunos exmiembros ahora pintados de violeta libertario. También instó al gobierno de Javier Milei a convocar al diálogo con humildad y honestidad, subrayando que ninguna fuerza por sí sola podrá realizar las transformaciones estructurales que el país requiere.
“Somos conscientes de que nuestro aporte, por sí solo, es insuficiente para los cambios que hay que realizar. Necesitamos que después del 26 el gobierno convoque al diálogo, con humildad y honestidad“, señaló. Y cerró: “Que acepte eventualmente una oposición constructiva que traerá propuestas desde cada rincón del país para realizar las reformas necesarias que nos harán cambiar”.
Milei, entre la euforia y la defensa
En paralelo, Javier Milei regresó al país tras su reunión en la Casa Blanca y eligió el prime time televisivo para relatar su encuentro con Trump. Con su ya famoso fibrón en la mano —según él, un obsequio del Salón Oval—, el mandatario aseguró que fue “una reunión inédita e histórica” y que “Estados Unidos me apoya a mí”. En un intento de despejar dudas sobre la naturaleza del acuerdo financiero, Milei insistió en que no hubo “rescate” alguno y que el swap firmado “no es deuda, sino una línea de crédito disponible”.https://geo.dailymotion.com/player/xt5ee.html?video=x9s87oq
Durante la entrevista, el presidente se mostró a la defensiva, acusando a los medios de “recortes maliciosos” y reiterando que “el apoyo de Trump es total y absoluto”. También aseguró que la asistencia estadounidense busca “impulsar a los argentinos a seguir por el lado de la libertad”, aunque evitó detallar las condiciones del entendimiento económico.
Entre promesas de largo plazo, se permitió una proyección ambiciosa: “Si seguimos en esta línea, en 40 años podemos ser el país con mayores ingresos del mundo”.
La economía en el centro del debate político
Más allá del tono triunfalista, la entrevista dejó al descubierto la creciente tensión entre la Casa Rosada y el Congreso. Milei responsabilizó a la oposición por frenar su programa de ajuste y denunció que “votaron aumentos de gasto sin contrapartida de ingresos”. Según su versión, el Ejecutivo logró “poner orden” pese a los “ataques políticos” desde marzo, destacando que la inflación “sigue en 2,1%” y que “el número de pobreza bajó del 30 por ciento”.https://geo.dailymotion.com/player/xt5ee.html?video=x9s8790
Mientras tanto, las palabras de Macri parecen marcar otro rumbo. El expresidente evitó confrontar, pero su mensaje dejó una advertencia implícita: el crecimiento no llegará solo con estabilidad y ajustes, sino con acuerdos institucionales y un Presupuesto consensuado. En un escenario económico frágil y con una sociedad exhausta por las promesas incumplidas, el ajuste, la violencia y un discurso agotado —y que parece solo convencer a núcleo duro libertario—, la política vuelve a girar en torno a una misma palabra que todos invocan pero pocos practican: consenso.