Ni el comando de ciberpatrullaje ni la Unidad de Inteligencia Artificial ni el ejército de trolls infiltrados le alcanzó al Ministerio de Seguridad de Patria Bullrich para atajarse del ataque informático del que fue blanco la cuenta en la red X de la Policía Federal (PFA).
Horas antes del mediodía, la cuenta oficial @PFAOficial publicó tres posteos de promoción de criptomonedas, en los que la máxima fuerza de seguridad del país –claro está que de manera fraguada- invitó a invertir en ellas.
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Dos de los posteos hablaban de una criptomoneda con el nombre de $MIRA y las publicaciones mencionaban: “Policía Federal Argentina Х Mira Network, Big $MIRA airdrop event is here! Join traders, stakers & NFT holders. Limited rewards available — claim now!”.
Un tercero promocionó $XPL: “Claim & Airdrop for $XPL is live! Crypto hunters, stakers & token sellers don’t miss this opportunity”, decía el mensaje y conducía al link para concretar la supuesta inversión.
Como quien recuerda el refrán que reza que ‘el que se quema con leche, ve una vaca y llora’, la Policía Federal vio los tuits de promoción de criptomonedas y, no bien pudo, sacó un comunicado avisando que la fuerza no había publicado lo que se publicó, y que había retomado el control de su cuenta en X.
Borró los posteos indeseados y subió un comunicado que trató de aclarar la situación.
El texto reconoce que la cuenta oficial de la PFA “fue blanco de un ataque informático internacional”, aunque no especificó si esta vez se trató de una tarea de inteligencia o de un comando ruso-venezolano, como el refirió Bullrich tras la filtración de los audios de las presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).
La fuerza avisó que ese ataque “tuvo el propósito de manipular la identidad de la institución y difundir mensajes indebidos”.
Además, informó que los expertos peritos con que cuenta la cartera de seguridad activaron de inmediato (los posteos estuvieron online durante poco más de una hora) “los protocolos de ciberseguridad” de manera tal que le permitieron “recuperar de manera rápida y total el control de la cuenta oficial”.
“El caso ya fue judicializado y se están desplegando todas las medidas necesarias para identificar y sancionar a los responsables conforme a la ley”, añadió el texto sin más explicaciones.
Lo cierto es que todos los sistemas de seguridad que el gobierno nacional compró para fortalecer la vigilancia en el mundo virtual, fallaron como en casa de herrero.
Fallaron, precisamente, porque no están destinados a la vigilancia interna ni autocontrol de servidores, sino más bien a vigilar y controlar a los civiles opositores que utilizan las redes sociales para cuestionar las medidas del gobierno nacional.
Por ejemplo, en julio pasado Patricia Bullrich había autorizado ciberpatrullajes, requisas y detenciones sin orden judicial, como una manera de “prevenir, detectar e investigar delitos federales complejos” y proteger “la seguridad del Estado Nacional”.
Desde el año pasado, había conformado para ello un área específica a cargo de investigaciones sobre inteligencia criminal, y lanzó también un protocolo para agentes de la PFA puedan actuar de manera encubierta redes, a fin de detectar supuestas amenazas.











