La asamblea de residentes del Hospital Garrahan resolvió continuar con el plan de lucha para resistir el ajuste que lleva adelante el Gobierno. A pesar de la reunión que mantuvieron con los funcionarios nacionales, los trabajadores de la institución pediátrica no recibieron ninguna oferta de recomposición salarial para reparar la brutal pérdida de poder adquisitivo. La única respuesta oficial fue el endurecimiento de la postura de la Casa Rosada, que amenazó con descontar los días de paro a quienes adhieran a la medida de fuerza, y hasta con “desafectarlos” de la planta laboral del hospital. Javier Milei, en tanto, acusó al kirchnerismo por incorporar “ñoquis” al sector público y se victimizó. “Te acusan de insensible por desarticularlos”, dijo y aseguró que le transfirió al Garrahan “una cantidad récord de recursos”. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por su parte, envió su apoyo a los médicos y cruzó al Presidente. “¿Con los niños enfermos también?”, lo cuestionó.
“Nos duele tener que continuar con estas medidas. Sostenemos que nuestro lugar no es enfrente de las cámaras, sino al lado de nuestros pacientes y sus familias, pero esta situación es insostenible”, aseguró Carolina, quien leyó el comunicado de la asamblea de residentes. “La decisión de continuar con las medidas de fuerza se basa en la falta de respuestas concretas y la experiencia con acuerdos incumplidos”, agregó la trabajadora del hospital de niños y recordó la oferta realizada en septiembre pasado por el Ministerio de Salud, que proponía un aumento del 28 por ciento, pero que fue cancelada a las pocas horas de ser anunciado, debido al rígido ajuste fiscal del programa económico de Luis Caputo. “No nos corresponde como profesionales de la salud cargar con el peso de la administración de los fondos hospitalarios. Queremos dejar en claro que los residentes somos empleados del Ministerio de Salud de la Nación. Nuestros salarios no dependen del presupuesto del hospital”, afirmó Carolina y sostuvo que “deslinar las responsabilidades con argumentos presupuestarios no solamente es incorrecto, sino también es una forma de evadir el compromiso que tiene el Estado nacional sobre nuestra situación salarial”. “El capital humano del sistema de salud se está perdiendo, estamos preocupados por el futuro de la salud pública”, alertó la trabajadora del Garrahan.
Actualmente, el salario de un médico residente del principal hospital pediátrico de Argentina es de menos de 800 mil pesos. Se trata de un trabajo que implica una media de 70 horas semanales, con guardias que duran hasta 24 horas seguidas. Sin embargo, pese a la preocupante situación que vive el hospital, el Gobierno se niega a dar respuesta a la situación desesperante de los trabajadores y no ha ofrecido ninguna propuesta de aumento salarial. Por el contrario, la gestión libertaria volvió a mostrar su faceta autoritaria y amenazó con duras sanciones a los trabajadores que adhieran a las medidas de fuerza. La Casa Rosada dejó trascender que se descontarán los días de paro a quienes participen de la próxima asamblea convocada por los residentes para el martes 3 de junio e incluso redoblaron la apuesta y advirtieron que, en caso de acumular cinco faltas, los médicos “quedarían automáticamente desafectados, como sucede con cualquier empleado de la Administración Pública Nacional”.
El mensaje de CFKEn medio del conflicto, Cristina Kirchner cuestionó al Presidente por la crueldad del ajuste –“Ay Milei, ¿con los niños enfermos también?”, le recriminó– y publicó un video en apoyo a la lucha de los trabajadores del Garrahan.
En la pieza audiovisual, producida por el colectivo Indisciplinadxs, se muestran testimonios de trabajadores, que destacan la importancia de la institución y cuentan historias personales de niños que pudieron salvar sus vidas gracias al tratamiento del hospital. “Lo peor que le puede pasar a cualquiera es que se le enferme un hijo, y lo mejor que nos puede pasar a nosotros es tener un hospital como el Garrahan, que atiende a los hijos de todas las naciones”, afirma uno de los manifestantes en un pasaje del video.
Fingir demenciaMilei, a contramano de todos, volvió a atacar a los trabajadores y negó que haya habido un desfinanciamiento. A pesar de ufanarse de estar haciendo “el ajuste más grande de la historia”, el mandatario afirmó que hay “administrativos dibujados por el kirchnerismo que le quitan los recursos al hospital” y aseguró que “se le ha girado (al Garrahan) una cantidad récord de recursos”. En una entrevista en el canal Neura, añadió que se vive una “situación sensible” y lamentó que se haya “politizado” el reclamo. “¿Ustedes están de acuerdo con que haya ñoquis que le filtren recursos a empleados que no trabajan?”, preguntó y denunció una “trampa que generaron los psicópatas de los kirchneristas”. “Inventan curros en torno a lugares sensibles, entonces cuando usted va y desactiva el curro, a usted lo acusan de insensible”, dijo.
La viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, planteó que el conflicto se podría resolvería en breve, siempre y cuando los médicos levanten el paro. “Necesitamos que suspendan por lo menos por 48 horas las medidas de fuerza, para poder sentarnos a concretar una propuesta”, esgrimió.
Apoyo legislativoMientras reclaman en las calles, los trabajadores del Garrahan también buscan respaldo del Congreso de la Nación. Ayer, se reunieron con los diputados del Frente de Izquierda (FIT) Christian “Chipi” Castillo y Vilma Ripoll. Del encuentro realizado en el auditorio de la Cámara baja participaron residentes, profesionales, técnicos y enfermeros, quienes expusieron sobre la grave situación que viven.
La charla se suma a la visita al Garrahan que realizó el miércoles un grupo de diputados de Unión por la Patria, encabezados por el presidente de la Comisión de Acción Social y Salud Pública, Pablo Yedlin, en donde le expresaron su acompañamiento en la lucha. “Que quede bien claro, la destrucción del Garrahan es responsabilidad del presidente Javier Milei”, aseguró Yedlin en el encuentro, del cual también participaron los diputados Daniel Gollán, Itai Hagman, Julia Strada, Cecilia Moreau y Paula Penacca.