El Senado, un nuevo escenario de la interna libertaria 

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A más de un mes del recambio en la composición del Congreso, el Gobierno avanza en una reconfiguración del Senado que le permita cercar a Victoria Villarruel y devolverle al oficialismo la iniciativa política en una cámara que le resultó sumamente adversa. La Casa Rosada confía en que el ingreso de Patricia Bullrich renovará los aires en el Congreso, y por eso confirmó que será la nueva jefa del bloque libertario en reemplazo de Ezequiel Atauche. La interna que el “triángulo de hierro” busca ocultar se proyecta también sobre la cámara alta. En plena temporada de lobby, Karina Milei quiere subir a Nadia Márquez a la presidencia provisional del Senado y desarticular los planes de Santiago Caputo, que buscó convertirse en el nexo con las provincias. Todo sucede de espaldas a la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, a quien ya nadie le dirige la palabra. La salida de Francos dinamitó el último puente en pie entre la vicepresidenta y Balcarce 50. “Yo no robo y no he realizado traición alguna”, disparó el jueves en sus redes sociales.

“De acá a febrero puede pasar cualquier cosa”, anticipa una fuente con despacho en el Senado ante los movimientos que se sucedieron el jueves por la tarde. El jujeño Ezequiel Atauche confirmó que abandonaba la jefatura del bloque, y Patricia Bullrich agradeció al Presidente y a su hermana por confiar en ella “para encabezar el bloque de LLA en el Senado”, según escribió en su cuenta de X. El rol de Bullrich en la cámara alta fue una de las grandes incógnitas desde que se confirmó su desembarco en el Congreso. Si bien inicialmente se especulaba con que fuera ella quien reemplazara a Bartolomé Abdala para quedar en la línea de sucesión, lo cierto es que el Gobierno espera una Bullrich confrontativa, que le discuta a la vicepresidenta Victoria Villarruel. De hecho, la buena convivencia de Abdala con la vice fue lo que originó la desconfianza de Karina Milei, que ahora piensa en otra de las suyas para ocupar el lugar de Abdala: la neuquina Nadia Márquez, quien pasará de la Cámara Baja a la Alta sin haber concluido su mandato como diputada.

Si la maniobra se concreta, Karina Milei y Martín Menem lograrán ganar territorio en el Senado. Hasta ahora, ese fue el campo de batalla que más derrotas le propinó al oficialismo, paralizado por la mayoría peronista y por la interna con Villarruel. La disputa por el poder incluye también a Santiago Caputo, el asesor sin firma de la Casa Rosada, que comenzó a moverse para ganar influencia en el Senado incluso antes de las elecciones. Sin embargo, el resultado electoral reposicionó a Karina Milei y a los Menem, y licuó las aspiraciones políticas de Caputo.

Atauche buscará quedarse con la presidencia de la Comisión de Presupuesto, que el Gobierno intentará conservar con uñas y dientes. Es allí donde se aceleran —o se traban— las leyes que incomodan al oficialismo. El libertario se mostró agradecido y dispuesto a colaborar con quien será su nueva jefa de bloque. “Ha sido un orgullo presidir el bloque durante estos dos años y sé que junto a Patricia trabajaremos de sol a sol para avanzar en los acuerdos que Argentina necesita para ser grande otra vez.” Tal como anticipó este diario, en los planes del senador está convertirse en el nuevo gobernador de Jujuy, por lo que deberá dedicar los próximos dos años a recorrer la provincia. De todas formas, las nuevas autoridades de la Cámara se votarán recién a fines de febrero.

Bullrich tiene como objetivo neutralizar al peronismo en el Senado. El interbloque Unión por la Patria perderá a seis de sus integrantes a partir de diciembre: pasará de tener 34 a 28. La ministra buscará aglutinar al resto de las fuerzas. La Libertad Avanza pasará de ser un bloque marginal de cinco senadores a contar con 21 propios y deberá reconstruir el vínculo con sus aliados para llevar adelante las reformas que la Casa Blanca le exige al Gobierno. El jueves, desde el America Business Forum, Milei se mostró como un alumno aplicado. En su discurso le anticipó a los empresarios norteamericanos que “en diciembre tendremos el Congreso más reformista de la historia argentina”. Antes acusó a los legisladores opositores de “golpistas”: “La oposición intentó llevar a cabo un golpe económico”.

El ataque (in)directo de Villarruel

Cada vez que la vicepresidenta quiere enviar un mensaje a la Casa Rosada utiliza las redes sociales. Allí, mantiene intercambios con sus seguidores donde desliza posiciones y marca territorio. El jueves volvió a hacerlo. “Ustedes creen que se debe ser servil y obsecuente, y yo no lo soy”, respondió a un usuario que le reprochó su mala relación con Javier Milei. Minutos después insistió: “Lo importante es que los ciudadanos sepan que no robo, laburo mucho y con responsabilidad, y no he realizado traición alguna. El resto son chismes de panadería”.

La vicepresidenta cerró su intervención con una chicana dirigida a Karina Milei y los Menem por el armado de las listas. Ante un seguidor que le preguntó si estaba de vacaciones con su “amigo Gildo Insfrán”, replicó con ironía: “El chiste se cuenta solo cuando vemos las listas llenas de peronistas”.

Sus dichos condensan el clima que se respira en el entorno de Villarruel, en la antesala del desembarco de Patricia Bullrich en el Senado. La rivalidad se remonta al cierre de la campaña 2023 cuando la ministra saliente logró quedarse con las dos áreas que Milei le había prometido a la vice: Defensa y Justicia. El jueves, durante una reunión en la Casa Rosada, Bullrich les habló directamente a los senadores libertarios y les recomendó “no pelearse con el kirchnerismo ni subirse a discusiones con Villarruel”. Quienes la conocen aseguran que prefiere “guardarse el protagonismo para ella”.

 

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