El Senado convirtió en ley este jueves el proyecto denominado “Ley Nicolás”, que tiene como finalidad mejorar la atención de los pacientes, las condiciones de trabajo de los profesionales de la salud y reducir los eventos médicos inesperados durante la atención.
La iniciativa fue sancionada por un amplia mayoría de 69 votos contra un sufragio en contra de la senadora del PRO Carmen Álvarez Rivero.
Al abrir el debate, la presidenta de la Comisión de Salud, Lucía Corpacci, del Frente Nacional y Popular, aseguró que el objetivo de la ley “es trabajar sobre esas fallas, averiguar por qué se producen y modificar eso, el por qué se produce esa falla para que no se vuelvan a repetir”.Señaló que el proyecto apunta a que “se ejerza una supervisión sobre los centros de salud de alguna manera, diciendo hasta dónde pueden atender o qué patologías son las que pueden atender para evitar las futuras malas praxis”.Agregó que “es muy difícil hablar de esto en un momento donde se cree que el Estado no tiene que intervenir en nada” y por eso el Estado tiene que “ejercer el control necesario para que situaciones tan dolorosas como las que estuvo pasando”.
Por su parte, la senadora Edith Terenzi, de Despierta Chubut, destacó el “ trabajo de las familias que se congregaron” para que puedan “prevenirse errores involuntarios” y “no se quedaron en su dolor o se quedaron poco tiempo y tuvieron la fortaleza de seguir adelante y de pelear por otros”.
El proyecto contempla la creación de la historia clínica digital encriptada e interoperable; certificaciones obligatorias y periódicas para los profesionales de la salud y las instituciones médicas; desarrollo de protocolos de actuación y sistemas de auditoría y vigilancia. También define criterios y conceptos de seguridad, incidente, evento adverso evitable, evento adverso no evitable, acto temerario y evento centinela, que es un hecho potencialmente peligroso, no anticipado ni deseado, que ocurre en las instituciones de salud.
De esta manera, la ley busca la mejora de las condiciones de la práctica sanitaria, la incorporación de herramientas tecnológicas adecuadas, la disminución de daños evitables, y el cuidado del marco de trabajo del equipo de salud.
Un proyecto que surge de la lucha colectiva
El proyecto de ley tomó el nombre de Nicolás Deanna, un joven de 24 años que falleció en Villa Gessell en 2017, por un mal diagnóstico y tratamiento de una meningitis bacteriana que no fue detectada a tiempo. Tras un largo derrotero legislativo en el que estuvo dos veces a punto de perder estado parlamentario, y de la mano de la ONG como “Por la Vida y la Salud”, liderada por Gabriela Covelli -madre de Nicolás- la ley había conseguido media sanción en Diputados en diciembre de 2023 y, sin embargo, tuvo que esperar casi dos años para ser sancionada.
La diputada Mónica Macha fue una de las redactoras del proyecto junto a la ONG mencionada y equipos del Hospital Posadas. Tras la sanción, expresó: “Las organizaciones le pusieron letra a este proyecto enmarcado en profundos dolores. Conseguimos una ley que se basa en la prevención y capacitación. Sale de los propios trabajadores de la salud, es un rasgo diferencial. Estamos en esa búsqueda de poder tomar en cuenta la voz de las personas que asisten al sistema de salud. Contar con protocolos que acompañan procesos de enfermedad y cuidado son parte de la posibilidad de construir una práctica sanitaria que no dé lugar a situaciones irreparables”.