El Senado le dio esta tarde media sanción al proyecto que modifica el régimen legal de los decretos de necesidad y urgencia (DNU), de delegación legislativa y de promulgación parcial de leyes, con una amplia mayoría 56 votos a favor, ocho en contra y dos abstenciones.
La iniciativa opositora, que fue respaldada en el recinto por la totalidad del kirchnerismo, parte de la UCR, el PRO y bloques provinciales, busca poner un freno al gobierno de Javier Milei y morigerar la utilización de la herramienta que le sirve al Poder Ejecutivo para saltear al Congreso.
A los cinco votos libertarios que acompañaron al oficialismo para respaldar el veto se sumó la senadora Vilma Facunda Bedia, ausente en la primera votación y una vez más actuaron con lealtad Carmen Rivero y Francisco Paoltroni. Las abstenciones fueron de los misioneros Carlos Arce y Sonia Rojas de Cut que responden a Rovira. Y hubo ausencias de algunos radicales que estaban en el recinto como Carolina Losada, los mendocinos de Cornejo: Mariana Juri y Rodolfo Suarez y el chaqueño Victor Zimmermann. Sobre estos últimos pesaron las alianzas electorales.
El proyecto, que obtuvo media sanción en la Cámara Alta, limita una de las herramientas favoritas del presidente: obliga a que cada DNU sea tratado en un plazo máximo de 90 días y establece que con el rechazo de una sola cámara quedarán sin efecto. También prohíbe al Ejecutivo volver a dictar decretos de contenido similar durante un año y habilita a ambas cámaras a abocarse a su tratamiento incluso en período de receso. La norma alcanza tanto a los DNU como a los decretos delegados, como los que recientemente fueron anulados por el Congreso.










