El Senado sesionará este jueves para resolver la suerte del juez federal Ariel Lijo y del catedrático Manuel García-Mansilla como miembros de la Corte Suprema (CSJN), después que Javier Milei los nombrara por decreto. El Presidente desconoció la manda constitucional que indica que deben ser aprobados por dos tercios de la Cámara alta y ahora todas las miradas están puestas en el Congreso que debe tratar sus pliegos. A pesar de las posturas divididas en casi todas las bancadas, se ha consolidado una mayoría por el rechazo dado que ambos aceptaron sus nombramientos por decreto luego de desechar esa posibilidad ante las audiencias públicas. La estrategia del Gobierno vuelve a ser la presión sobre gobernadores colaboracionistas para que sus senadores no aporten al quórum y tratar de evitar que se abra el debate, porque en el recinto bastaría que 25 senadores (un tercio mas uno de los miembros) voten en contra para terminar con las aspiraciones de la Casa Rosada.
Las distintas bancadas, el Gobierno y la propia Corte recorrieron distintos caminos sinuosos, que desembocaron en la convocatoria a sesionar el 3 de abril. A pesar de que había sido pedida para una semana antes por el interbloque de Unión por la Patria (UxP), la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, logró posponerla, pero no evitarla. Desde los bloques dialoguistas esperaban que esa ventana de tiempo sirviera para que el Gobierno retirara los pliegos para no exponerse a una posible derrota, pero la Casa Rosada lo ignoró. La certeza es que ni García Mansilla ni Lijo cuentan con los dos tercios necesarios (49 senadores) para su ratificación. Si el próximo jueves, se alcanza el quórum, la suerte de ambos estará echada.
Los cálculos se ciñen ahora únicamente sobre la posibilidad de alcanzar o no el quórum para sesionar. “La reacción del Senado es desconocer que el Presidente puede nombrar jueces por decreto y que haya candidatos que acepten. Lo que debería pasar para que el Senado vuelva a tener el poder que le robó el Presidente es que se caigan ambos pliegos porque ambos aceptaron ser designados por decreto. Eso es lo que tiene que suceder”, dijo a PáginaI12 un importante integrante del interbloque de UxP.
La postura también despeja las suspicacias que generó un tuit de Cristina Fernández de Kirchner donde criticó a Milei por el nuevo acuerdo con el FMI y en el que también dedicó un párrafo sobre la Corte: “Por decreto y contra la Constitución Nacional, pusiste a García Mansilla en la Corte y lo sentaste con los dos jueces que metió Macri, para lograr la mayoría automática y cumplir su verdadero objetivo: CALLAR LA OPOSICIÓN AL SAQUEO”. La mención solo de García-Mansilla, es porque ya ocupa un sillón en la Corte por decisión de los otros tres cortesanos (Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti) que le tomaron juramento, mientras Lijo quedó postergado luego de que los mismos rechazaran su pedido de licencia especial en el juzgado federal para asumir en la CSJN.
En UxP también había posiciones divididas sobre la postulación de Lijo, donde sus firmas fueron decisivas para lograr el dictamen que llevara su pliego al pleno de la Cámara. Pero la decisión de ambos candidatos de aceptar su nombramiento por decreto terminó de unificar posturas por el rechazo de ambos. Sin embargo, con 34 senadores propios UxP necesitará de aliados para llegar al número mágico de 37 para alcanzar el quórum.
El primer reflejo del Gobierno fue el mismo de siempre: presionar sobre gobernadores colaboracionistas para boicotear el quórum. Esta vez fue sobre dos peronistas: el catamarqueño Raúl Jalil y el salteño Gustavo Sáenz. Ambos tienen línea directa e injerencia sobre el flamante bloque Convicción Federal, que se mantiene dentro del interbloque de UxP pero con una postura crítica por su accionar político partidario y legislativo. Sus integrantes –el catamarqueño Guillermo Andrada, el riojano Fernando Rejal, el puntano Fernando Salino y la jujeña Carolina Moisés–, se reunirán la semana próxima para decidir la postura que adoptarán. Tal vez una solución salomónica sea dar quórum y acompañar la designación de algunos de los candidatos para diferenciarse sin romper todos los puentes con sus todavía compañeros.
Aún si en ese bloque primara la postura de los gobernadores alineados con el Gobierno central, la estrategia de la Casa Rosada también podría fracasar si otros siete senadores de diferentes bancadas aportaran al quórum, donde también hay un amplio y variopinto espectro ideológico por el rechazo.
Entre ellos varios radicales, como Martín Lousteau y Pablo Blanco, que están por el rechazo de ambos. La única alternativa que manejaba el correntino Eduardo Vischi para evitar una crisis mayor en la bancada de la UCR que comanda, era que el Gobierno retirara los pliegos. Pero eso no sucedió y obligó a los radicales a fijar postura que dividen nuevamente al bloque. “Todo indica que va a haber un rechazo, no por la calidad de los candidatos, sino por el sistema que utilizó el Ejecutivo de designación en comisión”, sostuvo el fueguino Blanco en declaraciones radiales, tal vez con la certeza de que varios correligionarios comparten su postura, en especial, por el rechazo a Lijo, por el que muchos de ellos pronunciaron públicamente. “Yo no estaba en contra de García Mansilla, pero frente al decreto decidí rechazarla”, agregó el radical fueguino.
En la lista de quienes también podrían aportar al quórum figura el libertario Francisco Paoltroni, expulsado de LLA. El senador formoseño se pronunció públicamente y en varias oportunidades en contra del pliego de Lijo y tampoco oculta su adversidad con el asesor presidencial Santiago Caputo, el diseñador de la estrategia de la Casa Rosada para el nombramientos de los nuevos supremos.
El cordobés Luis Juez (todavía dentro del bloque PRO) también se pronunció públicamente en contra de las designaciones de los jueces de la Corte por decreto. Lo mismo hizo la larretista Guadalupe Tagliaferri. Además, el resto del macrismo está encolumnado contra Lijo, como sostuvo el propio Alfredo de Angelis quien dijo que el bloque “buscará hacer caer” su designación en el recinto. Aunque gran parte de ellos privilegiarían la sociedad con el Gobierno.
Sin que algunos partidos provinciales hayan manifestado aún su postura (que podrían ser decisivas), los números siguen siendo muy finitos. Todo dependerá de si se alcanza o no el quórum. La apuesta del Gobierno es que el Senado fracase en su intento y que el Congreso no funcione apara seguir manejando sus anhelos por decreto.