El gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, intervino de inmediato ante las autoridades nacionales, advirtiendo sobre el impacto negativo que esta medida tendría para los productores de la Patagonia. Según Figueroa, esta restricción afectaría gravemente la actividad ganadera en la región, crucial para la economía local, y podría perjudicar las exportaciones.
Poco después del mediodía, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, también expresó su oposición. En declaraciones a la prensa, Weretilneck sostuvo que la medida pone en riesgo el estatus sanitario de la región, que hasta ahora ha mantenido la condición de libre de fiebre aftosa sin necesidad de vacunación. Según el mandatario rionegrino, esta decisión podría generar incertidumbre en los mercados internacionales, pero también descartó que la medida tuviera un impacto directo en la reducción de los precios.
Ante la creciente preocupación, el gobernador Figueroa informó que, a través de un diálogo con el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, y el secretario de Ganadería, Juan Pazo, se logró un acuerdo para suspender temporalmente la medida durante 90 días. Esta suspensión permitirá evaluar con mayor detenimiento los efectos de la resolución y buscar una solución que respete tanto los intereses sanitarios como los económicos de la región.
Con este acuerdo, las autoridades nacionales buscan mitigar el impacto negativo en los productores locales y asegurar que la industria ganadera de la Patagonia siga siendo competitiva y esté alineada con los estándares sanitarios internacionales. Sin embargo, la situación continúa siendo monitoreada por los gobiernos provinciales y nacionales en un intento por encontrar una solución definitiva que equilibre las necesidades del sector ganadero con los requisitos seguros.