Deportivo Riestra igualó 2-2 este lunes con Vélez Sarsfield y el equipo de Gustavo Benítez -quelleva 26 partidos sin perder de local- se mantuvo en la punta del Grupo B del Torneo Clausura.
En un encuentro que arrancó siendo áspero y muy físico (el árbitro repartió dos tarjetas amarillas en apenas 7 minutos de juego), el local avisó luego de un dificilísimo tiro libre de Goitía que el arquero Marchiori -bastante tapado- logró despejar en dos tiempos.
El equipo de los Mellizos Barros Schelotto no podía prosperar en ataque ante la constante fricción que le proponía su rival. Con Baeza como única contención y con Galván, Aliendro y Pizzini muy absorbidos por la marca, el trámite mostraba al Malevo más agresivo (en todos los aspectos), incluso con el recurso de la eximia pegada de Arce, que con cada saque de arco generaba peligro en el campo de enfrente.
Vélez mejoró y Riestra fallaba en ofensiva por su propia imprecisión. Y de un lateral largo de Monje, Quirós saltó a destiempo, Gómez se durmió y Alexander Díaz -que acababa de ser amonestado- facturó de cabeza.
No obstante, antes del descanso un corner fue anticipado también de cabeza por Lisandro Magallán para un empate parcial que avivó las pobres circunstancias de juego.
Hasta que en el complemento llegó un gol de otro partido: Monje la empaló en un tiro libre y Jonatan Herrera sometió a Marchiori. La jugada preparada fue festejada como un campeonato. Enseguida, la impotencia velezana se tradujo en la expulsión de Matías Pellegrini.
Y por si faltaba algún gol insólito, sobre el final llegó uno en contra (de cabeza, por supuesto) del recién ingresado Mateo Ramírez para repartirse los puntos. La conquista generó perplejidad entre propios y extraños, a punto tal que hasta el mismo Echenique demoró una eternidad en dar el silbatazo y señalar la mitad de cancha. Nadie podía creer cómo a Deportivo Riestra -con un hombre más y todo controlado- se le esfumaba la victoria en un parpadeo.