“La maniobra desplegada por los empresarios causó graves perjuicios al patrimonio del club. Se consideraba desbaratamiento de derechos acordados”. La sentencia pertenece a la denuncia que Club Atlético River Plate presentó contra el magnate estadounidense Foster Gillett y los empresarios Guillermo Tofoni y Juan Manuel Cobian por “estafa y desbaratamientos de derechos acordados” debido a la frustrada venta del mediocampista cordobés Rodrigo Villagra.
El grupo inversor encabezado por Gillett se había comprometido a desembolsar 9 millones de dólares para quedar con el pase de Villagra, desde entonces, el exjugador de Talleres dejó de entrenar con el plantel de Marcelo Gallardo; pero el dinero no apareció y Villagra y el club de Núñez optaron de forma bilateral por dar de baja el acuerdo con los inversores y avanzar en un acuerdo con el CSKA de Moscú por 5 millones, por el 50 por ciento del pase.
A pesar de cerrar la venta con el equipo ruso, River analizó que podría vender a Villagra por un monto mayor si no hubiese frenado otras negociaciones por la promesa de Gillett, Tofoni y Cobian de quedarse con el pase de Villagra. Por este motivo, en el reclamo a Foster, la banda de Núñez aclaró que uno de los motivos era los “graves perjuicios al patrimonio del club “.
El de Villagra y River no es el primer caso que terminó con un futbolista sin la posibilidad de entrenar y un club que no recibió el monto acordado. El jugador de Vélez, Valentín Gómez fue otro que quedó entrenando solo y sin club por las promesas del empresario norteamericano.
Gillett había prometido pagar 10 millones por el pase del joven de 21 años y transferirlo al Udinese de Italia. Sin embargo, el capital nunca fue depositado en la cuenta de la institución de Liniers y Gómez pasó semanas sin entrenar con ningún plantel profesional. Tras caerse la negociación con el club italiano por la demora en el pago, el “Fortín” volvió a tener en sus manos el 100 por ciento del pase del jugador que lo llevó a la obtención del título de la Liga Profesional de Fútbol 2024.
Foster Gillett irrumpió en el fútbol argentino de la mano del presidente de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, quien en medio del impulso del gobierno nacional por instalar las Sociedad Anónimas anunció la asociación con el grupo inversor. Según había anunciado Verón, el empresario norteamericano invertiría unos 150 millones de dólares, 5 millones por año durante 30 años.
Aunque no se trataba de la creación de una sociedad anónima para gestionar el club, era la apertura del ingreso de capitales privados directos. Era un acuerdo que Verón defendió y que los socios de Estudiantes debían aprobar en una asamblea.
Sin embargo, otra vez, el dinero no llegó y el club de La Plata tuvo que pedir un adelantado a la CONMEBOL por los premios de la fase de grupos de la Copa Libertadores para poder pagar el fichaje de Ezequiel Piovi una de las incorporaciones del “Pincha”, a partir del dinero que confiaba tener a través del empresario norteamericano.
