Desde el retorno a la presidencia de Marcelo Moretti, quien parece querer aferrarse al cargo a cualquier costo y a pesar del repudio generalizado de los hinchas y otros dirigentes, San Lorenzo se encuentra sumido una de las peores y más largas crisis institucionales y económicas de sus 117 años de historia.
Días atrás hubo un pedido de quiebra, por el que el club fue a la Justicia para presentar un plan de pago. Pero lejos de despejar el panorama, se van sumando nuevos problemas que continúan acumulándose. En las últimas horas se dieron a conocer unas nuevas inhibiciones que la FIFA le impuso al Ciclón y por las que ya acumula un total de once, según figura en el sitio web oficial del ente madre del fútbol internacional, lo que lo convierte en el segundo club más penalizado del continente, sólo por detrás de San José de Oruro de Bolivia.
El club de Boedo ya tenía seis inhibiciones que no había podido levantar en este 2025, por lo que no pudo incorporar jugadores el último mercado de pases. A éstas se sumaron otras cinco el fin de semana, relacionadas con los derechos de formación y mecanismos de solidaridad de Diego Herazo y Rafael Pérez.
San Lorenzo, que no pudo deshacerse de las anteriores, se enfrenta ante una barrera muy difícil de sortear y hasta corre riesgo de quedarse sin refuerzos por segundo mercado consecutivo. Esto dejaría al Ciclón en jaque pensando en 2026, para el que tienen serias chances de clasificar a Copas internacionales, pero no contarían con plantel para afrontar la doble competencia.










