Sufrido triunfo de Racing en Córdoba, frente a Belgrano 1-0 (gol del colombiano Vergara), en un partido raro que tuvo una parte muy mala (primer tiempo), y otra movidita, con muchas llegadas, incluidos dos tiros en los palos y una de Reyna en el noveno minuto de descuento que pudo haberles dado la igualdad a los cordobeses.
La satisfacción por la victoria de los de Avellaneda se diluyó un poco con la lesión de Arias (buen partido) que debió ser reemplazado por Cambeses en el último tramo.
En el primer tiempo pareció que se habían juntado para celebrar el día del enemigo. Antes del primer minuto, en un forcejeo común “Maravilla” Martínez levantó un poquito el brazo, rozó la cara de Troilo y el defensor de Belgrano, en el piso, inició una serie de movimientos extraños, como si estuviera convulsionando. El médico entró, le tiró un litro de agua en la cara y le revisó el rostro como si hubiera sufrido un nocaut de Tyson, mientras el delantero de Racing (que esta vez no había hecho nada grave, pero posee portador de antecedentes de camorrero) ponía cara de “dejen de hacer circo”.
Lo que siguió hasta el primer cuarto de hora fue un concierto de faltas, empujones, golpes al estilo Riestra al jugador que se había desprendido de la pelota. En 15 minutos se anotaban solo cuatro o cinco de juego neto. Lo del día del enemigo también está vinculado con la dificultad para relacionarse con la pelota, con las peleas reiteradas en cada tiro de esquina, y hasta con la irritación para conversar con el compañero cuestiones de juego: García Basso y Rojas se dijeron de todo en una jugada en la que no fue bien tapado Compagnucci.
Solo se anotaron dos llegadas en esa primera mitad: una buena contra de Racing que no pudo concretar Martínez, y un buen remate de González Metilli, tras una gran combinación de los dueños de casa que devolvió Arias.
Otro fue el cantar en el segundo tiempo. Racing cantó gol después de un excelente remate cruzado de Vergara a los seis minutos; Belgrano estuvo a punto de gritar gol en un cabezazo de Passerini que dio en el travesaño y en una palomita de Fernández que salvó Arias, y Racing casi canta el segundo cuando Nardoni (el mejor jugador de la cancha) metió un cabezazo contra un palo.
En el segundo tiempo se pegaron menos, intentaron un poco más, abrieron los espacios y los dos tuvieron chances de convertir, lo que hizo que el juego resultara muy entretenido, un partidazo si se tomaba como punto de referencia el período inicial.