Ni el estadio Ciudad de Vicente López, ni el Aeroparque Jorge Newbery: la convocatoria a todos los hinchas de Platense para festejar el campeonato, que partió desde las redes oficiales del club, era en la intersección de las avenidas General Paz y Cabildo.
Es que la Comisión Directiva del Calamar solicitaba a los simpatizantes que se concentraran en Puente Saavedra, puesto que la sede del club permanecía cerrada desde horas de la tarde y no se podía acceder a la zona.
Del mismo modo se pedía no ir a recepcionar al plantel marrón al Aeroparque, a riesgo de que el recorrido del micro se demore y sea desviado.
Finalmente, a las 19.55 aterrizó el avión que trajo de vuelta a los campeones desde Santiago del Estero, tras la primera corona en 120 años de vida obtenida a partir del enorme triunfo 1-0 ante Huracán, en la final del Torneo Apertura.
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Pese al frío de la noche, el ómnibus descapotable que transportó al plantel campeón, con sus jugadores saltando y lanzando algunas bengalas, inició la caravana que arribó a la avenida Cabildo, donde aguardaba su gente. Y desde ahí todos juntos recalaron en García del Río, para terminar dando la vuelta olímpica al Parque Saavedra.
Así las cosas, lo que a principios de mayo comenzaba como una lejana ilusión, un mes más tarde devenía hermosa realidad. Y Saavedra fue una fiesta.
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