Un informe de la Fundación Protejer advierte que la industria textil argentina atraviesa su peor crisis en años: la actividad cayó 40% frente a 2023, la capacidad instalada opera al 32,5% y ya cerraron más de 500 empresas vinculadas al sector. La recesión, la apertura importadora y el avance de plataformas como Shein y Temu explican el deterioro productivo y laboral desde la asunción de Javier Milei.
La industria textil argentina atraviesa una de las crisis más profundas de su historia reciente. Según un informe sectorial elaborado por la Fundación Protejer, la actividad se derrumbó 40% en comparación con 2023, en un contexto marcado por recesión económica, apertura importadora y pérdida acelerada de empresas y empleos.
El relevamiento advierte que la caída no solo se explica por la comparación interanual, sino también frente a 2024, un año que ya había mostrado indicadores críticos. Incluso tomando esa base deteriorada, la actividad textil se ubicó 24% por debajo del año pasado.
La apertura importadora y el nuevo escenario económico
Desde la Fundación Protejer señalan que el impacto del modelo económico del gobierno de Javier Milei resulta determinante. La liberalización del comercio exterior y el ingreso masivo de productos importados golpearon de lleno a la producción nacional, profundizando la crisis de la industria textil, de la indumentaria y del calzado.
En este escenario, la recesión del consumo interno y la pérdida de competitividad de las empresas locales aceleraron el parate productivo y el cierre de fábricas en distintas regiones del país.
Caída de la producción en prendas y calzado
El derrumbe es generalizado, aunque con distintos niveles de impacto. En el rubro Prendas de Vestir, la producción cayó 7,7% interanual frente a 2023 y 12,1% respecto de 2024. El informe atribuye este retroceso principalmente al aumento de las importaciones tras la apertura comercial.
La situación del calzado es aún más crítica. Las empresas del sector registran una baja del 21% en relación con 2024 y del 31,6% frente a 2023, afectadas por el ingreso masivo de productos importados que compiten directamente con la producción nacional.
Capacidad instalada en mínimos históricos
Uno de los datos más alarmantes del informe es el uso de la capacidad instalada. La industria textil opera apenas al 32,5%, lo que implica que solo tres de cada diez máquinas están en funcionamiento.
Este nivel se ubica 23 puntos por debajo de 2023 y 15 puntos por debajo de 2024, además de representar menos de la mitad del promedio de la industria manufacturera en general. El resultado es un entramado productivo con fábricas semiparadas y altos costos fijos imposibles de sostener.
Ventas en baja y cierre de empresas
Las ventas acompañan el deterioro del sector. Según el informe, registran una caída del 7% interanual, tanto frente a 2023 como frente a 2024, en un contexto de pérdida del poder adquisitivo y menor consumo.
En paralelo, se acelera el cierre de empresas. Desde la asunción de Milei, desaparecieron 21.427 firmas en todo el país. Dentro de la industria manufacturera, que reúne unas 47.500 empresas, más de 5.000 corresponden a los sectores textil, indumentaria y calzado.
Desde 2023 cerraron 114 empresas textiles, 237 de indumentaria y 150 de cuero y calzado, lo que confirma un proceso de desindustrialización acelerada.
Impacto laboral: casi 16 mil empleos perdidos
El derrumbe productivo tuvo un correlato directo en el empleo. El sector pasó de 104.993 puestos de trabajo a perder casi 16.000 empleos desde 2023, lo que representa una caída del 13,2% del empleo formal en la actividad.
Desde la Fundación Protejer advierten que la pérdida de puestos laborales no solo afecta a las fábricas, sino a toda la cadena de valor, desde talleres y proveedores hasta comercios vinculados al sector.
El rol del comercio electrónico internacional
El informe también pone el foco en el crecimiento del comercio electrónico internacional. Plataformas como Shein, Temu y AliExpress operan bajo el régimen puerta a puerta, con envíos fraccionados, menores controles aduaneros y subsidios logísticos desde China.
Según la fundación, este esquema profundiza el deterioro de la industria textil nacional y acelera un escenario de fábricas semiparadas, menos empresas y miles de empleos perdidos, consolidando una crisis que ya se perfila como una de las más graves del sector en décadas.











