Tres lobos marinos juveniles de la especie Arctocephalus australis fueron reinsertados en Playa Norte de San Clemente del Tuyú tras completar su rehabilitación en el Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino.
Durante la mañana del miércoles 26 de noviembre, la Fundación Mundo Marino concretó la reinserción de tres lobos marinos juveniles en la Playa Norte de San Clemente del Tuyú, luego de completar distintos procesos de recuperación. Los ejemplares, de la especie Arctocephalus australis, habían sido hallados entre finales de octubre y comienzos de noviembre en Pinamar, La Lucila del Mar y Las Toninas, con cuadros de debilidad que comprometían seriamente su estado de salud.
Juveniles en etapa crítica
Los tres animales atravesaban sus primeros viajes mar adentro, una fase clave en la que aún no desarrollan completamente las habilidades de caza. “En animales juveniles, la desnutrición y la deshidratación suelen aparecer juntas porque toda su hidratación proviene del alimento”, explicó Sergio Rodrigues Heredia, biólogo y responsable del Centro de Rescate. Señaló que varios días sin capturar presas afecta el equilibrio metabólico, disminuye la temperatura corporal y deteriora su condición general.
Por qué llegan debilitados a la costa
Estudios sobre el lobo marino sudamericano muestran que la búsqueda de alimento depende de factores como la distancia recorrida y las condiciones del mar. Para los juveniles, que recién comienzan a desarrollar habilidades de pesca, estos desafíos pueden derivar rápidamente en debilidad, desnutrición y deshidratación, principales motivos de ingreso al centro de rescate.
Además, investigaciones sobre la presencia de esta especie en la costa argentina revelan que los lobos —especialmente machos juveniles y subadultos— suelen utilizar playas y zonas rocosas para descansar fuera de la temporada reproductiva. Esto explica la frecuencia con la que aparecen en balnearios del Partido de La Costa y la importancia de mantener distancia para evitar interrumpir su comportamiento natural.
Situaciones de rescate: tres casos distintos
El primer lobo marino, hallado en Pinamar el 30 de octubre, presentaba debilidad general compatible con varios días sin alimentarse. El segundo, encontrado en La Lucila del Mar el 31 de octubre, mostraba una condición más avanzada de desnutrición y deshidratación, con pérdida de masa corporal y respuesta lenta a estímulos.
El tercero, rescatado en Las Toninas el 3 de noviembre, enfrentaba una problemática diferente: presión antrópica. Técnicos y voluntarios de la Fundación lo monitorearon durante días, pero la constante interacción indeseada de personas y mascotas lo obligaba a desplazarse repetidamente, impidiéndole descansar. Ante el estrés sostenido, se decidió su ingreso al Centro de Rescate.
La importancia de no acercarse
“Cuando la gente se acerca demasiado, el animal interrumpe su descanso, se estresa y se ve obligado a moverse para alejarse, lo que implica un gasto de energía que, en juveniles debilitados, puede agravar su condición”, enfatizó Rodrigues Heredia. Recomendó mantener distancia y, si la situación lo amerita, dar aviso a equipos especializados.
Rehabilitación y regreso al mar
Durante su estadía en el Centro de Rescate, los tres ejemplares recibieron hidratación asistida, estabilización térmica, desparasitación, soporte nutricional y monitoreo clínico diario. A medida que recuperaron peso, temperatura, movilidad y respuestas adecuadas, obtuvieron el alta veterinaria y pudieron regresar a su entorno natural.











