La trayectoria de Juan Martín del Potro, construida a base de hazañas deportivas y esquemas de superación personal en un marco de duras lesiones, vislumbra una renovada ilusión en el terreno de la trascendencia: este miércoles recibió la nominación para ingresar al selectivo Salón de la Fama del Tenis Internacional (ITHF, por sus siglas en inglés), ubicado en Newport, Estados Unidos, y envuelto en un aroma de prestigio y reputación.
El tandilense es uno de los tres candidatos en la categoría Jugadores para la clase 2026 junto con otras dos leyendas: el suizo Roger Federer y la rusa Svetlana Kuznetsova. Además aparecen otras personalidades como la periodista Mary Carillo o Marshall Happer, administrador del viejo Consejo Profesional de Tenis Masculino, ambos en la categoría Contribuidor/Colaborador. “Qué honor y qué privilegio ser nominado para tal reconocimiento.
Muchas gracias, Tennis Hall of Fame”, escribió el propio ex tenista argentino en sus redes sociales oficiales, en las que expresó su emoción por el reconocimiento.
El sitio oficial del Salón de la Fama del Tenis Internacional destacó cada detalle de la carrera de Del Potro para sustentar su merecida nominación: “Juan Martín del Potro, de Argentina, es el campeón de singles masculino del Abierto de Estados Unidos de 2009, uno de los 22 títulos que ha ganado a lo largo de su carrera. En 2008, cuando aún era adolescente, Del Potro ganó cuatro títulos de singles de la ATP y acumuló una racha de 23 victorias consecutivas”.
La publicación, además, remarca: “En 2009 alcanzó su primera final de Grand Slam y se aseguró la victoria en cinco sets en el Abierto de Estados Unidos. Terminó el año como el jugador más joven en el top 10 del ranking mundial. En 2016 llevó a Argentina a su primer título de la Copa Davis y también ganó una medalla de plata en la competición olímpica de singles”.
https://twitter.com/TennisHalloFame/status/1973346430543863901
Cómo es el proceso de votación
Por su imagen impulsora del tenis en el mundo, por sus valores y por su significancia de superación ante las adversidades, Del Potro mantiene buenas posibilidades de ingresar al Salón de la Fama del Tenis. Sobre todo porque no compite con sus compañeros de nominación: en el proceso de votación se aprueba o desaprueba a cada aspirante en términos individuales.
Según el portal oficial del ITHF, un candidato tiene dos caminos para conseguir el ingreso. Deberá recibir un voto afirmativo al menos en el 75 por ciento de las papeletas enviadas por el grupo de votación, integrado por unos 140 periodistas de tenis, historiadores y miembros del Salón de la Fama, o bien tendrá que recibir al menos un 75 por ciento de los sufragios combinados entre el resultado del grupo de votación y los puntos que aportarán los fanáticos a través de la web, en el subsitio vote.tennisfame.com.
En pocas palabras, Del Potro no competirá de manera directa ni con Federer, ex número uno del mundo durante 310 semanas y ganador de 20 títulos de Grand Slam -103 totales- ni con Kuznetsova, ex 2ª del ranking WTA y ganadora de dos trofeos de Grand Slam, sino que podrá entrar de manera individual con sus propios votos y hasta compartir el ingreso con ambos si es que los tres recibieran el mínimo reglamentario. Las tres figuras que ingresaron este año por la clase 2025 fueron la rusa Maria Sharapova y los estadounidenses Bob y Mike Bryan, hermanos que conformaron una de las parejas de dobles más ganadoras de todos los tiempos.
Del Potro recibió esta noticia casi un año después de su despedida de las canchas, en la que sintió el abrazo de 15 mil personas en un colmado estadio del Parque Roca junto con Novak Djokovic, quien llegó a Buenos Aires para acompañarlo en la exhibición. Su última aparición oficial había sido el martes 8 de febrero de 2022, por la primera ronda del ATP de Buenos Aires, partido en el que cayó con su amigo Federico Delbonis.
En el medio, en junio de 2023, apelaba a las profundidades de sus emociones, en una de sus habituales charlas motivacionales, para explicar cómo se sentía lejos de las canchas: “No tengo mi etapa en el tenis cien por cien cerrada, con llave y candado. En algunos momentos del día me siento un tenista activo. No veo videos como un tenista retirado. En mis redes sociales dice ‘tennis player’. Y lo quiero mantener. Es muy difícil el día después y, en mi caso, yo me preparo ahora. La vida me puso esto en el camino y no pude hacer un proceso como el de Nadal, por ejemplo, que anunció que la próxima va a ser su última temporada. Yo era el tres del mundo, me caí, me rompí la rodilla y todavía hablo con médicos para ver cómo puedo curarme. Me siento un deportista activo”.
Happer, impulsor de la suspensión de Vilas
“Marshall Happer fue un líder influyente en los primeros años del tenis profesional masculino”, reza el comunicado oficial del sitio del Salón de la Fama del Tenis Internacional, que lo colocó como uno de los dos aspirantes en la categoría Contribuidor/Colaborador, con ingresos cada dos años y “reconocimiento a los verdaderos pioneros, líderes visionarios o personas/grupos que han tenido un impacto trascendental en el deporte”.
Los primeros años del tenis profesional, cuya Era Abierta había comenzado en 1968, tuvieron a Happer en la primera línea. El Consejo Profesional de Tenis Masculino (Men’s International Professional Tennis Council), el órgano rector de entonces, creado en 1974 y conformado por tres representantes de la ITF, tres representantes de la ATP y tres representantes de los organizadores de los torneos, no alcanzaba para hacer cumplir las normas generales del circuito. Tras algunos años de turbulencias, Happer fue elegido en 1981 como administrador general, una gestión marcada, entre otras cosas -aplicar los controles antidoping o fundar el fondo de pensión de los jugadores-, por modernizar y aplicar las normas y códigos de conducta para evitar los malos comportamientos de los tenistas.
Durante su mandato en el Council, disuelto en 1990 con la independización de los Grand Slams y el nacimiento del ATP Tour, hubo un suceso que tuvo vínculo directo con la Argentina: fue el impulsor del recordado y polémico proceso que llegó a suspender a Guillermo Vilas en 1983 por el caso de las garantías en el torneo Rotterdam.
El 7 de junio de aquel año, a tres meses de la presencia de Vilas en aquel torneo holandés, Ion Tiriac, entrenador y manager del argentino, estaba en el departamento que su jugador tenía en la Avenue Foch, en París, cuando escuchó el timbre. Era la secretaria del propio Happer: llevaba consigo una notificación para el tenista.
“Por la presente se le notifica al señor Guillermo Vilas que el Council resolvió, en la reunión del 6 de junio, suspenderlo por un año y aplicarle una multa de 20 mil dólares, ya que obran en su poder elementos probatorios de que recibió dinero en carácter de garantía para participar en el certamen de Rotterdam, realizado el 14 de marzo último. Ello está expresamente prohibido en el artículo 6 del Código de Conducta. La sanción será dada a conocer el 8 de junio por intermedio del presidente de la Federación Internacional y usted dispondrá de 30 días para apelar la decisión”. Firmaba el propio Happer, quien realizara toda la investigación y fuera el impulsor de la sanción a Vilas.
En aquel momento las garantías, el dinero extra que invierten los organizadores de algunos torneos para “asegurar” la presencia de las grandes figuras -hoy legalizadas pero no oficializadas ni blanqueadas-, estaban prohibidas. Los medios titulaban en modo catástrofe: “Severa sanción: Guillermo Vilas fue sancionado con inusual dureza por haber aceptado dinero en garantía para participar en un torneo en Holanda. Un año de suspensión y una multa de 20 mil dólares”.
Happer decía poder probar que Vilas había cobrado una garantía en Rotterdam, torneo en el que había sustituido de urgencia a Jimmy Connors, quien se había retirado, y en el que había perdido la final ante el estadounidense Gene Mayer. El monto era de 60 mil dólares, en ese momento una pequeña fortuna.
Vilas, consternado, sostenía: “Estoy destrozado. Lo único que puedo decir es que soy inocente. Jamás cobré nada de Rotterdam que no fuera el premio. No puedo entender cómo Chatrier puede decir que hará limpieza como si fuéramos todos delincuentes. Tengo 13 años de profesional, con seriedad y respeto. No me lo merezco. Voy a apelar: soy inocente y no tengo nada que ocultar. Es el momento más difícil de mi vida”.
Después de largos meses de proceso, en el que Vilas siguió su participación en el Grand Prix, en enero de 1984, un mes después de la audiencia en Nueva York, llegó el dictamen, una resolución que escondió una sentencia acaso “incompleta”: “La suspensión de Gullermo Vilas debe terminar de manera inmediata. En primer lugar se cree que el tenis de Vilas ha sido afectado de forma adversa al menos durante nueve meses. En segundo término la conducta profesional de Vilas durante 14 años ha sido ejemplar. Pero deberá pagar los 20 mil dólares de multa porque no podemos declararlo inocente. El hecho está demostrado: los 60 mil dólares salieron del ABN Bank de Rotterdam el 14 de marzo pasado y fueron entregados a una persona que, a su vez, se los otorgó a Tiriac, el apoderado de Vilas. Creemos que la evidencia ofrecida por el Consejo tiene más peso que la creíble evidencia presentada por Vilas”.