La desconfianza avanza 

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En arduas reuniones que seguían hasta el final de la noche, el PRO buscaba terminar de sellar el acuerdo bonaerense con todos adentro. El acuerdo marco ya es un hecho y los dos partidos competirán juntos en un frente que, no por casualidad, se llama La Libertad Avanza y tendrá boletas de color violeta. Karina Milei wins. Fatality. Pero había, al menos, cuatro intendentes del PRO dispuestos a ir con su propio marco de alianzas, más alguno que se cansó e irá con boleta corta. Este era el escenario que estaba buscando revertir el titular del partido bonaerense, Cristian Ritondo. Si no lo conseguía, de todas formas, una mayoría de mandatarios locales estará adentro del acuerdo y del frente. 

Las negociaciones de los últimos días fueron espinosas. Si bien Ritondo consiguió el viernes que la asamblea del PRO bonaerense lo mandatara para sellar un acuerdo opositor a Axel Kicillof, la última milla de la maratón estuvo cargada de piedras.

Por lo pronto, el acuerdo marco entre los dos partidos ya se dio por cerrado un día antes del cierre de alianzas y después de una reunión el lunes por la noche de la que participaron Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro por el PRO y, del otro lado, el lugarteniente de Karina Milei, Sebastián Pareja. En ese encuentro, estuvo contemplado qué hacer si no se conseguía concretar las alianzas en todos los distritos.

Había un grupo de intendentes PRO que no estaba de acuerdo con las condiciones impuestas por LLA y que hasta pidieron poner su propio apoderado en el cierre de listas. La desconfianza avanza. 

A última hora del martes, circulaban las versiones de que cuatro intendentes se quedaban afuera del acuerdo e iban a ir por su propio marco de alianzas local. Se trata de Soledad Martínez (Vicente López), Pablo Petrecca (Junín), María José Gentile (9 de Julio) y Javier Martínez (Pergamino). Son intendentes que tienen buena relación con el jefe de Gobierno, Jorge Macri, que se encuentra baneado –bloqueado–, por Karina Milei. No obstante, hasta última hora, representantes de ese grupo seguían reunidos con Ritondo intentando resolver la situación. 

En el PRO, sospechan que Pareja tiene la orden de no cerrar el acuerdo con aquellos intendentes cercanos a Jorge Macri, como parte del “castigo” de la Rosada al jefe de Gobierno por oponérseles en lo que fue la campaña porteña. 

Pero en definitiva, aún si esos cuatro quedan afuera, la mayoría se avino al acuerdo donde Karina Milei puso la mayoría de las reglas: no habrá ninguna mención al PRO en el nombre de la alianza ni en el color de las boletas. En la práctica, es como si fueran ya candidatos en el partido de Milei. Lo único que cedió la hermanísima  fue en darle mayoría a los intendentes en la confección de las boletas para los Concejos Deliberantes de sus distritos. Y aún así había dudas de que esto se cumpla (y de ahí el pedido de tener apoderados propios). 

Cansado de las exigencias, hubo otros intendentes como el de Coronel Pringles, Lisandro Matzkin, que simplemente dijo que estaba harto y pegó el portazo. El mandatario dejó trascender que competiría en su municipio con boleta vecinal corta. No sería el único, salvo que las reuniones de último momento surtieran efecto. 

En las primeras instancias de la negociación con LLA, Ritondo planteó que buscaba que el radicalismo también se sume al acuerdo. Era una idea que compartía Mauricio Macri: que fuera una mesa de tres. Esa idea ya quedó completamente abandonada. El acuerdo será de LLA con el PRO como socio menor. 

Desde la UCR bonaerense, en tanto, resolvieron en la Convención provincial que harán acuerdos con sectores afines que no sean ni de Kicillof ni de Milei. La intención es cerrar una alianza con Emilio Monzó, Elisa Carrió y Margarita Stolbizer. “El radicalismo bonaerense ratifica su vocación de construir una propuesta amplia y democrática, que convoque a otros sectores con quienes comparte la necesidad de superar la polarización y ofrecer una salida institucional, republicana y progresista para la Provincia”, advirtieron desde la conducción de la asamblea, que encabezó Pablo Domenichini, un dirigente cercano a Martín Lousteau.

 

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