Tras 22 años de restricciones, el Gobierno Nacional habilita el ingreso de ciertos cortes bovinos a una región clave para la sanidad animal.
En una decisión que marca un giro histórico en la política sanitaria ganadera, el Gobierno Nacional autorizó el ingreso de carne con hueso a la Patagonia desde zonas del país donde la fiebre aftosa está controlada mediante vacunación. La medida fue oficializada este viernes a través de la Resolución 460/2025 publicada en el Boletín Oficial.
El cambio, impulsado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), redefine las condiciones sanitarias para el traslado de productos cárnicos susceptibles a la fiebre aftosa, sin levantar la barrera sanitaria vigente. Se trata de una flexibilización puntual y técnica, que permite únicamente cortes con huesos planos ( asado, costilla y esternón) bajo estrictos requisitos sanitarios.
Una decisión con antecedentes polémicos
La apertura ocurre tras años de resistencia por parte de autoridades patagónicas. Gobernadores como los de Neuquén y Río Negro habían expresado su oposición, lo que llevó previamente a postergar la medida. Finalmente, el Gobierno avanzó con el nuevo esquema, asegurando que “resguarda la sanidad animal sin afectar acuerdos internacionales”.
Desde 2002, la Patagonia ha sido reconocida como zona libre de fiebre aftosa sin vacunación, lo que prohibía el ingreso de carne con hueso desde cualquier región al norte del río Colorado, incluso aquellas con programas de vacunación y estatus sanitario validado internacionalmente.
Qué implica el nuevo esquema sanitario
La resolución de SENASA establece condiciones rigurosas para el transporte y comercialización de estos productos. Solo se permitirá el ingreso de carne con huesos planos que cumpla con procesos certificados, con trazabilidad garantizada y controles veterinarios específicos en origen y destino.
Así, tras más de dos décadas de restricción, la carne con hueso volverá a las góndolas patagónicas. La medida se presenta como un equilibrio delicado entre la seguridad sanitaria y la necesidad de integración comercial, en un país donde la carne es tanto producto como cultura.